Cómo México se convirtió en el país con más adolescentes embarazadas en todo el mundo

Cómo México se convirtió en el país con más adolescentes embarazadas en todo el mundo

Cómo México se convirtió en el país con más adolescentes embarazadas en todo el mundo

Cuando se habla de embarazo adolescente en los comentarios de las redes sociales, se hace clara una cosa: pocos alcanzan a ver la complejidad del problema en su totalidad.

México no sólo es el primer lugar en jóvenes embarazadas según la Organización Mundial de la Salud, sino que también es el primer lugar en abuso sexual y violencia física a menores.

Esto significa que cada vez existen más jóvenes mujeres que sufren de violación y que quedan embarazadas como consecuencia de ataques sexuales. Y aunque en todos los códigos penales estatales se considera legal interrumpir la gestación por medio de un aborto cuando se sufre de una violación, en distintos lugares, como Guanajuato, se suelen negar los servicios por razones “éticas” de los médicos que los realizan. Esto significa que las mujeres se quedan sin otra opción que tener a esos hijos no deseados.

Por otra parte, en las zonas rurales de la república, y en algunas zonas de bajos recursos, aún existe una ideología enfocada a que una mujer (según la tradición machista) debe encontrar a un hombre para casarse con él. Esta perspectiva provoca que no se les impulse a desarrollarse como profesionales o a tener una vida distinta, sino a simplemente encontrar pareja y tener una familia.

De igual forma, existe una amplia carencia de concientización en las zonas más pobres, lo cual provoca que los números de los embarazos vayan a la alta. «La falta de información y el acceso restringido a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados tienen una relación directa con el embarazo adolescente. Muchos de esos embarazos no son una elección deliberada, sino la causa, por ejemplo, de una relación de abuso», comentó el Director Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

De acuerdo con el sitio web de esa organización, «en algunos países las niñas adolescentes sin educación o con sólo educación primaria tienen cuatro veces más posibilidades de quedar embarazadas que adolescentes con educación secundaria o terciaria», lo cual es una prueba clara de que una deficiente educación sexual provoca efectos muy claros en la población. Algunas mujeres abandonan la escuela cuando quedan embarazadas.

Uno de los números más impactantes que arroja la UNFPA es que 23 millones de mujeres que quedan embarazadas cada año necesitan acceso a métodos anticonceptivos y no lo tienen. De igual forma, no pueden abortar, ya que no tienen los recursos necesarios para hacerlo.

El problema

De acuerdo con la UNFPA, «la mortalidad materna es una de las principales causas de muerte en las adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años en la región de las Américas». Es decir, los embarazos están poniendo en riesgo la vida de las mujeres que no tienen los recursos para cuidar su salud, y la de sus hijos.

Asimismo, «no sólo obstaculiza su desarrollo psicosocial, sino que se asocia con resultados deficientes en la salud y con un mayor riesgo de muerte materna. Además, sus hijos están en mayor riesgo de tener una salud más débil y caer en la pobreza», de acuerdo a Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud.

Con todo esto en mente, es más que claro que la desigualdad, la violencia y la falta de información es lo que provoca esta ola de embarazos adolescentes. A las personas se les hace fácil juzgar desde su lugar privilegiado, sin considerar que las mujeres de esas zonas no tienen la libertad de elegir sobre su sexualidad, ya que se ven atadas a distintos factores socioeconómicos y culturales que las convierten en un objeto que complace los deseos sexuales de los hombres y la mentalidad machista. Con eso en mente, juzgar es imposible.

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