Durante muchos siglos, las concepciones demonológicas y satánicas de las enfermedades mentales dieron lugar lentamente a la comprensión de que las personas mentalmente perturbadas están enfermas y necesitan atención y tratamiento especiales. Conforme creció esta comprensión, ocurrieron cambios paralelos en las instituciones para enfermos mentales. Al principio, esas instituciones no eran más que prisiones bárbaras, pero en los siglos XVIII y XIX los esfuerzos de reformadores tan progresistas como Pinel, Guggenbühl, Tuke y Dix generaron reformas y el establecimiento de instituciones relativamente modernas. Por desgracia, a principios del siglo XX esas instituciones se vieron abrumadas por las grandes cantidades de personas internadas. Muy a menudo, las instituciones volvieron a desempeñar una función puramente tutelar. No es sino hasta décadas recientes que se han hecho progresos adicionales al cuidado y tratamiento de las personas con enfermedades mentales.
En la historia de las aproximaciones al tratamiento de las enfermedades mentales, percibimos un progreso similar de procedimientos punitivos y físicos a esfuerzos más progresistas por entender y tratar los trastornos mentales. La creación del psicoanálisis por parte de Freud y las modificaciones posteriores de sus sucesores, junto con el desarrollo de agentes (fármacos) psicoactivos y otras aproximaciones a la terapia, han revolucionado el tratamiento de las enfermedades mentales.
El trabajo de Freud ha contribuido al tratamiento de las enfermedades mentales, pues gracias a sus aportes se abre la instancia de examinar a los pacientes como lo que realmente representan: una unidad en la que actúan elementos psíquicos y somáticos. Entre sus aportes de mayor relevancia, te compartimos 6 que transformaron el mundo de la Psicología.
1. La hipnosis
El trabajo de Freud apoya la creencia de que no todas las enfermedades mentales tienen causas fisiológicas, recurriendo al hipnotismo en primera instancia para tratar enfermedades como la histeria. Este método le permitió descubrir que muchos de los temores que sufrían sus pacientes se relacionaban con sucesos infantiles. Sin embargo, con el paso del tiempo este procedimiento le satisfacía menos como técnica terapéutica.
2. El psicoanálisis
Posteriormente, empezó a basarse en un método de asociación libre en el que pedía a los pacientes que describieran todo lo que les viniera a la mente, para de esta manera explorar la profundidad de la mente humana e hilar los pensamientos de sus pacientes conduciéndoles hacia la causa de su mal, a esta técnica Freud la llamó psicoanálisis. Al desarrollarse el tratamiento de la histeria, reconocía la importancia que tenía que el paciente describa sus síntomas mientras el terapeuta lo escucha; pero la relación entre ambos era de mayor importancia, por lo que estableció como transferencia al proceso de proyección de emociones en el terapeuta a partir de relaciones pasadas, y como contratransferencia la respuesta del terapeuta.
3. La interpretación de los sueños
Más adelante, Freud estableció que los sueños de las personas eran instrumentos importantes para la exploración de la mente inconsciente. En ellos, distinguió entre el contenido manifiesto de los sueños y el contenido latente de estos, concluyendo que este último es el que representa anhelos y deseos reprimidos. Para entenderlo se debe descifrar el lenguaje espacial de los sueños, por lo que Freud publicó en 1900 su obra La interpretación de los sueños.
4. La psicopatología de la vida cotidiana
Otro camino al inconsciente fue descubierto por Freud en sucesos tan cotidianos como los lapsus linguae y calami —las fallas temporales de la memoria y las equivocaciones triviales. Incidentes y percances al parecer triviales, como cuando los esposos reiteradamente pierden sus anillos de bodas o pierden las llaves del auto antes de ir a un encuentro importante, para Freud eran indicadores de conflictos y deseos inconscientes.
5. La teoría psicosexual del desarrollo de la personalidad
En la primera década del siglo XX, Freud también desarrolló su teoría psicosexual del desarrollo de la personalidad. Consideraba que cada individuo atraviesa por una serie de etapas: oral, anal, fálica, latente y genital; cada etapa se caracteriza por un conflicto entre la gratificación de los instintos y las limitaciones del mundo externo. Si el niño recibe muy poca o demasiada satisfacción en cualquier etapa, es posible que no sea capaz de pasar fácilmente a la siguiente etapa del desarrollo. A partir de esta teoría, Freud estableció el complejo de Edipo, en el que señaló que durante la etapa fálica del desarrollo un chico experimenta un deseo sexual por la madre y hostilidad hacia el padre. Empleó además el término complejo de Electra para definir la experiencia de una chica durante la etapa fálica.
Freud consideraba que su teoría general de la personalidad era su aportación más importante a la psicología. La mente, según su concepción, consistía en tres estructuras separadas pero independientes: id, ego, superego. De acuerdo a Freud, el id opera de acuerdo con el “principio de placer” y busca la gratificación y la satisfacción inmediatas. El ego es el instrumento de la razón y la cordura, opera en términos del “principio de realidad”. Por su parte, el superego incorpora estándares absolutos de moralidad y ética y desempeña el papel de “negar y prohibir”. El método psicoanalítico de Freud representa la adquisición del mayor conocimiento posible de las tres instancias supuestas como consecutivas de la personalidad psíquica y de las relaciones existentes entre sí y el mundo exterior, además del uso de esos conocimientos para evitar y tratar los trastornos producidos por la desarmonía entre ellas.
6. Inicio de desarrollo de agentes psicoactivos
Al experimentar con cocaína, Freud descubrió que la droga paliaba sus sensaciones de depresión, convertía su mal genio en alegría y lo ayudaba a trabajar. Se volvió un partidario de la droga y, pese a que luego se dio cuenta de que no era una droga que ayude a la persona, esto marcó el inicio del desarrollo de agentes psicoactivos para el tratamiento de las enfermedades.
Sigmund Freud, considerado como el padre del psicoanálisis, ha marcado la diferencia en el tratamiento de las enfermedades mentales gracias a sus invaluables investigaciones, incluso en la actualidad, su aceptación o conocimiento de las teorías psicoanalíticas refleja una relación directa con la evaluación de los distintos trastornos mentales, colaborando de este modo al bienestar mental de la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA
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