La historia de los ensayos nucleares y sus víctimas es una mancha en la historia de la humanidad, en especial cuando se hizo de conocimiento público que miles de personas a lo largo de varias generaciones, fueron expuestas deliberadamente a la radiación de la detonación de dispositivos nucleares con el objetivo de estudiar los efectos de éstas en la población y por supuesto, guardar el secreto de los proyectos nucleares.
En el marco del Día Internacional en contra de los Ensayos Nucleares, te mostramos estas crudas fotos del estilo de vida y de las víctimas de este tipo de ensayos en Kasajistán, en un sitio conocido como “El Polígono”, donde se realizó uno de los ensayos más famosos para las pruebas nucleares, que tuvo una duración de 40 años —de 1949 a 1989— en activo, durante el cual se detonaron por lo menos 456 dispositivos nucleares.
Muchas de estas víctimas han muerto mucho antes de los 60 años, se han reportado nacimientos de bebés sin brazos u otras malformaciones y aunque las pruebas se detuvieron décadas atrás, la realidad es que la tierra, el agua y aire de la zona cercana sigue estando contaminada. Muchos de los pobladores ignoraban, incluso cuando podían ver los hongos de las detonaciones en el horizonte, puesto que creían en sus autoridades.
Aiken Akimbekov, un granjero del pueblo de Zarzhal, dijo:
«Los expertos en radiación nos visitaron. Ellos concluyeron que no hay riesgo de radiación y que podemos usar esta tierra para el pastoreo. Somos gente ordinaria. Si los oficiales nos dicen que este lugar es seguro, creemos que sí es seguro. […] Si a la gente les dieran casas y tierra en otro lugar, nadie se quedarán aquí».
Pero lo cierto es que esta desinformación y engaño aún tiene graves secuelas. De acuerdo con la International Campaign to Abolish Nuclear Weapons, algunos médicos proyectan que 2.4 millones de personas morirán de algún tipo de cáncer debido a los ensayos nucleares atmosféricos; y en la zona del Polígono la cifra se eleva a cerca de 100 mil personas aún afectadas por la radiación, misma que de acuerdo a National Geographic puede ser transmitida hasta por cinco generaciones.
«Hubo una historia de humanos siendo utilizados como sujetos vivos. Yo quería casar esas ideas juntas; la forma en la que la gente fue utilizada por los investigadores de aquel entonces y cómo eso se trasmina a la vida diaria —de cómo eso se ve, qué significa». Declara el fotógrafo Phil Hatcher-Moore.
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En portada: Phil Hatcher-Moore-National Geographic
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