“La igualdad no existe, ni puede existir. Es mentira que todos podamos ser iguales;
hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde”.
“El país debe ser gobernado por alguien que realmente quiera
a su gente y a su tierra, que comparta la riqueza y el progreso”.
Pancho Villa
Pancho Villa, el Centauro del Norte, es una de las figuras mexicanas que más impone y representa la imagen de cómo era en aquella época un macho mexicano, pero, ¿de verdad es como lo pinta la Historia?
A pesar del semblante masculino que tenía, existió un día en que el gran caudillo revolucionario sucumbió en lágrimas al recordar su pasado frente a un hombre, quien la historia lo recordaría como Francisco I. Madero. El pasado de Villa nos lleva a conocer a fondo a uno de los principales pilares de la Revolución Mexicana.
Su verdadero nombre fue José Doroteo Arango Arámbula, quien quedó huérfano desde pequeño y se vio obligado a trabajar para sacar adelante a sus cuatro hermanos.
Su trágica infancia sólo le sirvió como preparación para lo que se avecinaba. Cuando Doroteo tenía 16 años, su hermana fue agredida sexualmente, y no se sabe si la violación se consumó o el joven llegó a tiempo para impedirlo, pero es un hecho que quien sería una pieza clave de la Revolución, cometió su primer homicidio esa tarde.
La persona a quien había matado se trataba de alguien de gran importancia en el lugar donde se asentaba su familia (San Juan del Río, Durango); debido a esto, fue perseguido en el pueblo y tuvo que escapar al monte, dejando a la familia por la que luchó desde niño.
Al vivir en total exilio, se construyó la personalidad guerrera por la que se le conocería años más tarde. La vida en las montañas no fue fácil, y se convirtió en un bandido que ayudaba a los más pobres, una especie de Robin Hood mexicano.
Durante esa época, y para pasar desapercibido por su primer crimen, adoptó el nombre de Pancho Villa gracias a la popularidad del antropónimo y por el apellido que hubiera llevado si su abuelo no hubiera desconocido a su padre.
Su leyenda al unirse a Madero para combatir las injusticias, convertirse en uno de los jefes de la Revolución mexicana y comandante de la División del Norte que derrotó el régimen del presidente Victoriano Huerta, fue transmitida de forma oral en plazas, cantinas y reuniones; entre relatos de hurtos y violencia se formó su personalidad, aquel hombre revolucionario que un día se sinceró con uno de sus hombres de confianza, Madero, para contarle entre lágrimas su dolorosa vida.
Esta historia nos demuestra que hasta los caudillos más rebeldes tienen sus momentos de flaqueza, pues, finalmente, los sentimientos nos hacen humanos y exhibirlos nos vuelve empáticos con nuestros semejantes: llorar no nos vuelve débiles, nos convierte en personas valientes, y eso lo sabía muy bien Pancho Villa.
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Pancho Villa no es sólo conocido por lo que logró en la Revolución Mexicana, sino también por su vida muy característica, ¿alguna vez te imaginaste que Villa vendería las grabaciones de sus batallas a Hollywood? Entérate más de esta historia aquí. Además, conoce la serie fotográfica que muestre a los más jodidos y los triunfadores de este conflicto armado.