El metro de la Ciudad de México no sólo es el transporte más utilizado por los citadinos, sus instalaciones subterráneas albergan un montón de historias y secretos que cuentan la evolución de la ciudad y sus habitantes.
México tiene una capital tan antigua y con una historia tan singular, que no es difícil pensar que mucho de su pasado se encuentra enterrado y aunque hay muchos tesoros que han sido descubiertos, muchos otros siguen aguardando en el subsuelo, esperando a que el destino les indique cuál será su momento de protagonizar las noticias, así como lo hicieron en su momento el enorme calendario azteca o es impresionante Templo Mayor.
Foto: DebateEste último fue descubierto gracias a las obras de construcción de la línea 2 del metro, la cual atravesaba el corazón de la ciudad: el Centro Histórico, la capital de la antigua Tenochtitlán, gracias a estas profundas excavaciones los antropólogos e historiadores dieron con uno de los hallazgos más importantes de la historia moderna, un hito histórico que se sigue investigando y arrojando nuevos descubrimientos, desde hace más de 40 años. Sin embargo, la construcción del metro también dio a luz otros hallazgos, quizás mucho más discretos pero igual de importantes.
Los mamuts de metro Talismán
Puede ser que la ubicación de la estación de metro Talismán no sea tan popular o se encuentre dentro de área más turística o transitada de la ciudad, pero la historia y el tesoro que se resguarda en esta estación es digna de un importante museo: ni más ni menos que los restos de un mamut.
Foto: La Silla RotaEl hallazgo de este ejemplar, Mammuthus archidiskodon imperator adulto, se dio el mismo año que el del Centro Histórico: en 1978, precisamente durante la construcción de la línea del metro, en este caso la 4, cuando se estaba haciendo la excavación entre las avenidas Talismán y Congreso de la Unión.
Ante el descubrimiento el equipo de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) puso manos a la obra y se encargó de rescatar de manera pertinente al ejemplar de aproximadamente 4 metros de altura. Gracias a los análisis y estudios pertinentes pudieron determinar que este animal había muerto por motivos naturales hacía más de 10 mil años, durante el periodo del Pleistoceno o Edad del Hielo. Esta especie habitaba cerca de lo que ahora se conoce como Santa Lucía, precisamente donde se está construyendo el nuevo aeropuerto internacional. Se cree que antes en esta zona existían lagos y pantanos donde habitan especies extintas como el tigre dientes de sable, mastodontes o armadillos gigantes.
Foto: Viajeros en ruta
Después de que el ejemplar fuese estudiado y las obras del metro fueran terminadas, las autoridades determinaron que dicho hallazgo era parte del patrimonio mexicano, y como un regalo al metro y a sus usuarios, le dieron un digno hogar donde lo encontraron, además de que se usó la imagen del animal para identificar a la estación. Actualmente se puede visitar al mamífero gigante en el mismo sitio.
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