Durante la Feria del Libro Infantil y Juvenil se presentó la edición del clásico de Antoine de Saint-Exupéry, El Principito, interpretado en lengua hñahñu, como se le conoce entre sus hablantes al idioma otomí. La interpretación del libro fue realizada por el profesor de lengua indígena en la UNAM, Raymundo Isidro Álvarez, quien acercó a lectores, nacionales y extranjeros, una pieza clásica de la literatura en un idioma desconocido para muchos.
La aportación de Álvarez es la interpretación de la obra, y no sólo la traducción literal del libro, ofreciendo un nuevo enfoque a la lectura a través de adecuar los términos en francés para que pudieran ser entendidos en la cosmogonía de los indígenas del Valle del Mezquital, de donde es originario este profesor universitario, y para lo que tuvo que recurrir a un estudio acerca de las creencias de este grupo, además de mantener conversación con los más ancianos para utilizar de mejor manera las palabras.
El Principito ahora se titula Ra zi ts’ unt’u u dängandä, en lengua hñahñu, y se traduce como “El muchachito gran jefe”. Esta interpretación representa un esfuerzo por rescatar este idioma en una obra de gran trascendencia, además de una manera de fomentar el habla y la escritura del hñahñu. Esta iniciativa impide, además, que el idioma se pierda a consecuencia de que sus hablantes se avergüencen de su origen étnico, comentó Álvarez.
“Para hacer esta traducción consulté a personas que fueran mayoritariamente monolingües; pensé en un principio traducirlo como El hijo del rey, pero el libro no habla de ningún monarca, se sugirió El niño filósofo, El niño sabio, y otros títulos más, pero el que conservó guarda más su significado trasladado a la identidad de los otomís”.
Con información de: Milenio