Hay mucho que admirar –o incluso envidiar– del país de la hoja de maple. Desde sus espectaculares parques nacionales, su elevada expectativa de vida (81 años por 76 de Argentina y 77 de México) o su alto nivel de desarrollo, hasta su sociedad multicultural y políglota. Ahora se suma a la lista su recién nombrado primer ministro, el liberal Justin Trudeau.
Con 43 años, Trudeau es el segundo líder más joven entre los países que componen el G8, sólo detrás del premier italiano Matteo Renzi. Es uno de los primeros gobernantes pertenecientes a la denominada “Generación X” (nacidos entre 1965 y 1984), la que se distingue por su independencia, inclinación a la filantropía y apertura a otras culturas, y es un liberal apasionado de la ecología y el deporte.
Con apenas un mes en el cargo, ya ha comenzado a dejar huella en la política de su país. La elección de su gabinete fue la primera muestra de cuánto cambiarán las cosas bajo su mando. El gabinete, primero en la historia de Canadá compuesto por un número igual de hombres y mujeres, incluye al astronauta y expresidente de la Agencia Espacial Canadiense, Marc Garneau, como ministro de transporte; al teniente-coronel, Harjit Sajjan, nacido en Bombay, India, como ministro de defensa; a la psicóloga de origen afgano, Maryam Monsef, como ministra de instituciones democráticas, y al abogado Kent Hehr, un hombre que a los 21 años quedó paralizado del pecho a los pies producto de un impacto de bala, como ministro de asuntos para veteranos.
‘‘No hay un núcleo de identidad ni una corriente predominante en Canadá, lo que hay son valores comunes –apertura, respeto, compasión, una voluntad de trabajar duro y de buscar igualdad y justicia”, dijo Trudeau al New York Times. Para demostrar que su compromiso con estos valores es en serio, el jueves 10 de diciembre, Trudeau recibió personalmente al primer grupo de refugiados sirios que arribarán a Canadá en los próximos meses (sumarán 25 mil al terminar febrero).
“Esta es una noche maravillosa, en la que tenemos la oportunidad de mostrar a nuestros nuevos compatriotas cómo hacemos las cosas en Canadá y de enseñar al mundo cómo abrir nuestros corazones para recibir a quienes huyen de circunstancias difíciles”, dijo Trudeau a la prensa. “Ellos bajan del avión como refugiados pero saldrán de esta terminal como residentes permanentes de Canadá”.
En los países con sistemas parlamentarios, como Canadá, no se elige directamente a un candidato para ocupar la cabeza del poder ejecutivo, es el líder del partido que recibe el mayor número de escaños en la cámara de los comunes quien ocupa esta posición. De los 338 escaños en la cámara baja, el partido Liberal de Trudeau obtuvo 184 (la elección previa obtuvo 34), por 99 del partido Conservador del exprimer ministro Stephen Harper. Con esto, el partido Liberal se alzó con el triunfo, llevando a Trudeau a convertirse en el primer ministro más joven desde 1980.
Su lema de campaña “Listos para el cambio” ilustra claramente sus convicciones y las de sus colaboradores. Su agenda de gobierno incluye la legalización y regulación de la mariguana, políticas para reducir las emisiones de Carbono que contribuyen al calentamiento global y –para beneplácito de México– la eliminación de los requerimientos de visado para los ciudadanos mexicanos. También prometió subir los impuestos al 1 por ciento con mayores ingresos y reducir la carga fiscal de la clase media.
Además de sus ideas y convicciones, la apariencia de Trudeau ha generado titulares por todo el mundo. Durante la reciente reunión de la APEC (El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico por sus siglas en inglés) en Filipinas, Trudeau –junto con el presidente mexicano Peña Nieto– causó revuelo entre las mujeres de ese país, quienes a través de las redes sociales compartieron imágenes del mandatario con la etiqueta #APECHotties. Puede parecer banal mencionar esto, pero en política la imagen cuenta, un aspecto juvenil y saludable transmite confianza, cualidad indispensable para un buen líder.
Trudeau proviene de una de las familias más célebres de Canadá. Su padre, Pierre Trudeau, fue primer ministro en dos ocasiones, entre 1968 y 1979 y nuevamente entre 1980 y 1984, y es considerado una de las figuras predominantes del siglo XX en aquel país. A Pierre se le recuerda por promulgar una ley que descriminalizaba la homosexualidad: “El Estado no tiene nada que hacer en los dormitorios de la nación”, dijo entonces; por la creación de una nueva constitución que eliminó la influencia del parlamento británico en la vida interna de Canadá y por la reforma que elevó al idioma francés al estatus de lengua oficial, junto con el inglés.
“Es una persona hermosa. Si todos los políticos fueran como Pierre Trudeau, habría paz en el mundo”, dijo John Lennon tras reunirse con él durante su tour por la paz mundial. La “Trudeaumanía”, que comenzó en 1968 durante la carrera para elegir un nuevo líder del partido liberal de Canadá –contienda en la que se impuso Pierre–, y continuó durante la elección federal de ese año, resurgió hace unos meses para llevar al hijo pródigo a la cima de la política canadiense.
Con un linaje así es natural que las expectativas sean muy altas para el joven príncipe, sólo el tiempo dirá si está listo para asumir el reto. Lo cierto es que ya ha comenzado a dejar su marca y, si continúa en ascenso, podría convertirse en el líder de una nueva generación, una mucho más liberal, más tolerante y menos proclive a caer en los excesos del pasado.
Referencias:
Data by country, World Bank.
How Generation X Works, Gerlinda Grimes, How Stuff Works, mayo 2011.
Trudeau’s Canada, again. Guy Lawson, The New York Times Magazine, diciembre 2015.
John Lennon and Yoko Ono meet Canadian Prime Minister Pierre Trudeau, The Beatles Bible.
Pierre Elliot Trudeau, Historic Canada, Reg Whitaker, noviembre 2013.