La justicia no existe
Alrededor de 30 millones de civiles inocentes murieron en la Segunda Guerra Mundial. Ya sea por persecución, o por simple actividad militar, sus fallecimientos fueron consecuencia de una lucha que ellos no estaban peleando. No eran culpables de nada.
Es justo preguntar, ¿cuántos nazis sobrevivieron? ¿Cuántos salvajes torturadores quedaron con vida después de arruinar a cerca de 6 millones de inocentes? Después de la derrota fascista, los altos mandos del Tercer Reich huyeron a América Latina y Sudáfrica para no ser vistos nunca más. La mayoría vivió en completa calma hasta morir, pero hubo uno de ellos que no quiso detenerse. Su locura supremacista le impidió olvidar los horrores de la guerra y comenzar una vida distinta… pasó de ser un guerrero de Hitler, a un aliado de Pablo Escobar. ¿Su nombre? Klaus Barbie.
El carnicero
El biógrafo y periodista Peter McFarren llamó a Klaus Barbie “El agente del diablo” para titular el libro que se enfoca en su vida, desde su raíces nazis hasta su involucramiento con el negocio millonario de Pablo Escobar. Aunque suena descabellado unir una historia de nazis con el narcotraficante más importante de la historia, lo que cuenta McFarren en su libro es real.
Barbie nació en octubre de 1913. A los 22 años se unió a la SS y comenzó a trabajar como espía recolector de inteligencia para el Partido Nacionalsocialista. A los pocos años fue asignado a Amsterdam y después a Francia, donde se convirtió en el líder de la Gestapo. Sus formas de obtener información eran tan eficientes como crueles: tortura física, sexual y psicológica.
Abusaba de ellos con el uso de animales, utilizaba electroshocks y quebraba los miembros de sus prisioneros. Esa brutalidad le ganó el mote de “El carnicero de Lyon”, área que mantenía bajo su control. Existen múltiples recuentos de cómo despellejaba a las personas o cometía actos de crueldad insospechada, impensables incluso para el grueso de los soldados. Además de eso, se encargó de reunir y enviar a niños judíos directo a Auschwitz, donde serían asesinados. Se dice que asesinó a 14 mil personas, pero el telón de la Segunda Guerra Mundial sólo fue parte de sus inicios.
El héroe norteamericano
Su diversión no duró demasiado. Al terminar la guerra los sueños nazis supremacistas se destruyeron y Barbie fue arrestado. Sin embargo, sus habilidades de inteligencia lo colocaron como un sujeto de valor para el gobierno norteamericano, así que la Agencia Central de Investigación (CIA) decidió reclutarlo como espía. Sus asesinatos, torturas e infanticidios no le importaron al espionaje estadounidense y se convirtió en un elemento clave para revelar los planes de ciertas naciones con intereses comunistas. Una vez que cumplió con sus tareas, viajó a Bolivia para comenzar su nueva vida… esta vez como militar estadounidense.
Una vez en Sudamérica, rápidamente se convirtió en un político, creando amistades con el dictador Hugo Banzer y Luis García Meza Tejada. Aunque no existen pruebas, durante mucho tiempo alardeó de haber ayudado a “cazar” al Che Guevara ofreciéndole información a sus antiguos compañeros de la CIA. A pesar de que no existen documentos que lo confirmen, se sospecha que efectivamente fue uno de los principales hombres que acabaron con el sueño libertador del Che. Una vez que el revolucionario fue liquidado, Barbie se convirtió en un héroe oculto para la organización.
De general de Hitler a socio de Pablo Escobar
Esos miedos anticomunistas lo motivaron a aliarse con Roberto Suárez Gomez, uno de los narcotraficantes más importantes de los 80, quien tenía vínculos con Pablo Escobar. Los tres hombres estaban interesados en comenzar un golpe de Estado que establecería a García Meza Tejada como el líder de los militares y que mantendría lejos del peligro el imperio de drogas de El Capo y la seguridad de Barbie.
Finalmente, el 17 de julio se realizó el golpe en contra de Lidia Guelier Tejada, la presidenta constitucional interina antes de que Hernán Siles Zuazo tomara protesta. Escobar y Barbie consiguieron satisfactoriamente que el poder del imperio del narco creciera aún más. El nazi aún ganaba grandes cantidades de dinero y El Capo seguía protegido por su gente. El poder de las drogas logró definir a un gobierno bajo los planes de esos hombres.
El autor de la biografía de Klaus detalló que el poder que Escobar y el nazi tenían causó la primera revolución basada en dinero con drogas que derivó en uno de los negocios más grandes de la historia: Pablo Escobar tenía control de diferentes oficiales de Colombia y Perú, así que el tráfico en Bolivia nunca sería un problema. Por su parte, Klaus estaba feliz de no tener que enfrentarse a un tribunal francés listo para sentenciarlo por sus crímenes de guerra y su reciente involucramiento con el narcotráfico.
La conexión entre Barbie y Escobar no fue una amistad, sino un convenio que les serviría a ambos. Sin embargo, su alianza no fue para siempre.
El gobierno del dictador Boliviano no duró y Escobar fue arrestado. Una vez que esto sucedió Barbie fue extraditado a Francia y fue sentenciado a cadena perpetua. El hombre ya tenía 70 años de edad. Murió cuatro años después de leucemia. Su castigo no fue proporcional a sus crímenes. El hombre fue responsable de la muerte de miles de personas de manera directa e indirecta en dos continentes y murió encerrado víctima de una enfermedad natural, mientras que sus víctimas fallecieron llorando, gritando, todo por estar en el lugar y momento equivocados.
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El asesino personal de Escobar liquidó a 300 personas, tal como lo detalló al periódico Sunday Mirror. Asimismo, planeó más de 3 mil ataques a personas involucradas en la guerra. Klaus asesinó a 14 mil. Las guerras en las que pelearon pudieron acabar con 3 % de la población total de la Tierra y sus castigos fueron mínimos a comparación de lo que merecían.
Vaya que es cierto: la justicia no existe.
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Referencias
DailyMail
NUSO
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