A lo largo de la historia, ya sea por intereses bélicos o políticos entre las naciones, las mujeres se han desempeñado en múltiples roles, desde enfermeras, reporteras, soldaderas, fotógrafas, espías y hasta verdugos. Mientras que algunos aseguran que el espionaje fue inspirado por Foucalt, Sartre y Lacan, las grandes producciones de Hollywood se han decantado por mostrar retratos de mujeres con una doble vida, cuyas características principales son las de ser atractivas, duras, inteligentes y audaces. La vida real, a fin de cuentas, es más dura que la ficción. Y es que precisamente esas peculiaridades son las que deben tener esas mujeres en la vida real si quieren triunfar en sus misiones. Sin embargo, el rol de la mujer en la historia ha sido estigmatizado por el machismo arraigado desde siglos atrás, por lo que “la feminidad” fue utilizada por los gobiernos e instituciones como un arma para cumplir con misiones que implicaban recolección de información valiosa y clasificada, es decir: un arma de inteligencia y en algunos casos de seducción para realizar misiones de espionaje.
Fotograma de Nikita (Luc Besson, 1990)
Sin duda alguna, para aquellas que decidieron llevar una vida secreta incluyeron como sazón grandes historias de traición, ninfomanía, desamores y fama, algunas incluso son mujeres que se convirtieron en emblema de lujuria y pasión. Tal vez no sean tan conocidas en la historia, pero su papel fue primordial para definir su curso y jugar a favor de fuerzas políticas e ideológicas significativas en el destino de un pueblo, una nación o un bloque geopolítico. A continuación la doble vida de 5 mujeres espías que cambiaron el curso de la historia.
Mata Hari (Margaretha Zelle)
Mata Hari, cuyo verdadero nombre fue Margaretha Zelle, Fue una bailarina exótica holandesa quien alcanzó la fama a principios del siglo XX. A los 18 años de edad contactó, por medio de un anuncio del periódico, al capitán Rudolf Campbell Mac Leod, quien solicitaba una muchacha de buenos modales para contraer matrimonio. El evento ocurrió y tiempo después Campbell fue enviado a Indonesia, sitio donde Mata Hari aprendió las exóticas danzas folclóricas balinesas. El matrimonio no funcionó, pues ella fue víctima del maltrato físico y psicológico de su esposo; sin embargo, aprendió que lo que le encendía en la vida, al grado de convertirse en una ninfómana, eran los hombres uniformados, por lo que tras su divorcio entabló relaciones con decenas de hombres del ejército de diferentes naciones, durante la Primera Guerra Mundial.
En 1914, mientras ofrecía un show en Berlín y siendo la amante del jefe de policía de la ciudad, así como del cónsul alemán y jefe de espionaje del país, Mata Hari recibió una propuesta de Eugen Kraemer: convertirse en una espía para extraer información clasificada proveniente de los soldados del ejército francés. Ella aceptó y se convirtió en la agente H-21 y tuvo múltiples relaciones con integrantes de la milicia francesa de alto rango, por lo que el capitán Ladoux, al frente del Servicio de Espionaje también le propuso ser espía. Así se convirtió en una doble agente, pero su predisposición a la mentira y enredos de alcoba entre la milicia de Alemania, Francia y España la delataron y fue fusilada en Vincennes, Francia. “Amo a los militares, los he amado siempre y prefiero ser la amante de un oficial pobre que de un banquero rico”, fueron sus últimas palabras.
Margarita Konenkova
Fue una espía rusa durante el régimen de Stalin. Tuvo una relación amorosa con Albert Einstein durante los años del desarrollo de la bomba nuclear, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Konenkova viajó junto con su esposo, el escultor Sergei Konenkova, a Estados Unidos en 1922. Años después él fue comisionado para hacer un busto de Einstein para la Universidad de Princeton. El matrimonio se encontró con el científico antes de comenzar la escultura y fue justo ahí donde ocurrió el flechazo entre ambos. Sin embargo, la misión de Konenkova era averiguar información clasificada del Proyecto Manhattan, que se centraba en el desarrollo de las primeras armas nucleares, así como atraer al científico a colaborar con la Unión Soviética. Konenkova logró seducirlo y parte de su misión encomendada en el Kremlin fue alcanzada cuando Einstein conoció al vicecónsul soviético en Nueva York, Pável Mijáilov. El romance entre ellos se materializó en cartas escritas entre 1945 y 1946, pero el resto de la misión de la espía rusa no fue concretado.
Josephine Baker
Nació en Saint Louis, Misuri, en 1906. Desde muy pequeña se dedicó al baile y a los 16 años probó su suerte en Broadway, donde comenzó a abrirse camino profesionalmente. Su talento la llevó a Francia, país en el que saltó mundialmente a la fama, inspirando a artistas como Ernest Hemingway y Pablo Picasso. Ahí contrajo matrimonio con el empresario millonario Jean Lion, con lo que obtuvo la ciudadanía francesa. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la Deuxième Bureau, una organización de inteligencia militar, vio potencial en ella para reclutarla y convertirla en una agente encubierto, pues su trabajo se prestaba para viajar por muchos países y establecer relaciones con personas de diferentes nacionalidades.
Así Baker se convirtió en una espía que colaboró con los Aliados para extraer información de los alemanes, japoneses e italianos, utilizando sus armas de seducción e inteligencia, pues sus averiguaciones las encriptaba en partituras con tinta invisible. Fue tal el éxito de Baker en sus misiones que fue condecorada con la Croix de Guerre, una de las órdenes más prestigiosas de Francia, y con la Medalla de la Resistencia. Un cráter en Venus lleva su apellido en su honor.
Mochizuki Chiyome
Mochizuki nació en el siglo XVI, en Japón, en medio de las cinco legendarias batallas llamadas Kawanakajima. Fue descendiente de una familia guerrera ninja, con lo que creó una gran red de mujeres ninjas en la provincia de Kai. Incluso fue maestra de Mochizuki Izumonokami, quien inventó la bomba de humo.
Creó una academia para entrenar exclusivamente a mujeres en el arte del espionaje, sabotaje y guerra de guerrillas, es decir ninjas. Las primeras reclutadas fueron prostitutas y mujeres rebeldes en general, pues se requería de gente con carácter duro para convertirse en mercenarias, ya que los tiempos en Japón eran violentos. Las ninjas viajaron por las provincias de Japón disfrazadas de geishas o señoras de la alta sociedad, y frecuentaban establecimientos donde los soldados solían beber. Justo ahí era donde aplicaban sus conocimientos de espionaje para reunir información valiosa para la batalla en curso y divulgar información falsa para confundir al enemigo. Misteriosamente, cuando el soberano feudal más poderoso de Japón murió, la academia de Chiyome desapareció junto con todos sus miembros.
Adriana Rivas González
Eran los años del golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile cuando Adriana Rivas estudiaba para secretaria bilingüe. Fue reclutada por el Ministerio de Defensa y sus funciones eran las de traducir los mensajes entre bandos comunistas durante el golpe de Estado. Tiempo después salió un comunicado exclusivo para mujeres, que requería que se inscribieran para un curso de inteligencia en el Gobierno, específicamente en la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA). A pesar de que fue contratada para desempeñarse como secretaria de varios militares, también recibió entrenamiento en tiro al blanco, defensa personal e incluso actuación.
Tras la caída de Pinochet, Rivas fue acusada por ser una de las agentes más crueles y despiadadas por torturar a todos aquellos que caían en manos de la DINA y que se encontraban en contra del régimen, a pesar de que oficialmente sólo fuera una secretaria más del Gobierno, tal y como lo muestra el documental El pacto de Adriana, de la directora Lissette Orozco.
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El mundo del espionaje está repleto de trampas en lo político y traiciones en lo ideológico. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en el asesinato de León Trotsky.