Resolver pruebas de destreza en un entorno de cero gravedad o ser lanzado al mar dentro de una cápsula, son algunos de los desafíos físicos que solo unos cuantos de los aspirantes a astronautas logran superar. ¿Valdrá la pena poner en riesgo no sólo tu cuerpo sino también tu estabilidad emocional? Además, imagina saber que la recompensa por vencer todas estas pruebas es un viaje del que no tienes la certeza de volver.
Neil Armstrong caminó antes que nadie sobre la superficie lunar, pero su legado va más allá de ese pequeño paso para un hombre que se convirtió en un salto para la humanidad. Para que Armstrong llegara a ser un personaje del que se hablará por siglos, tuvo que hacer sacrificios que pocos estarían dispuestos siquiera a considerar. Su historia está tan llena de claroscuros y matices. Para conmemorar ese arduo camino hacia al espacio, aquí están algunos de los ejemplos de lo que Armstrong tuvo que afrontar para cumplir su más grande sueño:
Prepararse con décadas de anticipación
Armstrong supo desde muy temprana edad qué era lo que lo apasionaba, las aeronaves. Años de dedicación académica lo hicieron acreedor de una prestigiosa beca del plan Holloway que le permitió estudiar ingeniería aeronáutica en la Universidad de Purdue. Pero el compromiso con sus estudios fue más de lo que esta beca implicaba, al terminar la universidad tuvo que enlistarse para realizar un año de servicio en la Armada estadounidense.
Neil Armstrong en su juventud. Fuente: Superstarfloraluk
Poner su conocimiento a prueba
Los conocimientos adquiridos en sus años de piloto llegaron a salvar vidas durante su tiempo en la Armada. El asiento del piloto del Dyna-Soar, una nave con la que se realizaban viajes espaciales de prueba, estaba orientado con su parte frontal hacia arriba, lo cual implicaba que fuese expulsado lateralmente, haciendo que el paracaídas no tuviera tiempo de abrirse antes de tocar el suelo. Por ello, Armstrong propuso aprovechar la aerodinámica de planeador de la nave, logrando lanzarlo sin necesidad de un cohete y haciendo que cualquier piloto experimentado pudiera aterrizarlo de manera segura.
Neil Armstrong en la aeronave Ames’ Bell X-14. Fuente: NASA
Sacrificar tiempo con su familia
Uno de los roles más importantes de Neil fue el de hombre de familia y padre de Eric, Karen y Marc; pero balancear este rol con el de un elemento de la Armada, la NACA (Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica) y la NASA no fue nada sencillo. Por ejemplo, cuando se casó con su primer esposa, Jane Elizabeth Shearon no pudieron mudarse juntos, pues Armstrong debía permanecer en una base militar. Pero la prueba más difícil llegó más tarde con la pérdida de su hija Karen, quien falleció a temprana edad. Después de esta difícil experiencia, el futuro astronauta tuvo que encontrar la fortaleza en sí mismo para seguir adelante personal y profesionalmente.
Neil Armstrong y su familia. Fuente: NBC news
Desafiar los límites de su cuerpo y mente
Cuando la NASA lo seleccionó para participar en el Programa Gemini, Armstrong aceptó sin dudarlo, pero esta decisión implicó mucho más que decir “sí”. Los entrenamientos para los candidatos a realizar un viaje espacial exigían largas y rigurosas pruebas, incluyendo algunos ejercicios dentro de la centrifugadora que a algunos provocaba cinetosis. Además de los ejercicios para adaptarse a la velocidad de la luz y los experimentos gravitacionales causantes del síndrome de adaptación espacial, Neil tuvo que someterse a una larga serie de estudios médicos para corroborar que su condición física fuese óptima para el viaje lunar.
Armstrong preparándose para el lanzamiento del Apollo XI. Fuente: Pinterest
Enfrentar el miedo y la incertidumbre
Estando dentro de los programas de la NASA, Armstrong y sus compañeros atestiguaron el riesgo que implicaba ser un astronauta. Cuando él y otros miembros del programa se encontraban firmando ‘El tratado sobre el espacio ultraterrestre’ de la ONU en Washington, tres de sus compañeros estallaron en llamas en la misión del Apolo 1. Solamente Neil supo lo que transitaba por su mente mientras se encontraba a punto de despegar en el Apollo 11 y su familia observaba todo desde un yate en Río Banana; pese a la incertidumbre, no dejó que el temor ni la posibilidad del fatalismo interviniera con su principal objetivo.
Lanzamiento del Apollo 11. Fuente: NBC News
Para conocer más sobre la historia de este admirable personaje, puedes ver El primer hombre en la luna (First Man). La cinta dirigida por Damien Chazelle (La La Land) está protagonizada por Claire Foy y Ryan Gosling.
*Este artículo fue publicado anteriormente por Alberto A. Cruz el 22 de octubre de 2018 y ha sido modificado
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