«Después de dos semanas documentando el desgarrador viaje de la caravana de migrantes centroamericanos hacia la frontera de Estados Unidos y México, tomé una foto que nunca olvidaré».
Tales son las palabras de Kim Kyung-Hoon, fotógrafo surcoreano que cubre la caravana migrante para Reuters y cuyo trabajo lo llevó a inmortalizar una de las imágenes más icónicas del éxodo centroamericano hacia los Estados Unidos.
La escena ocurrió la tarde del domingo 25 de noviembre, cuando cientos de migrantes intentaron cruzar hacia el lado estadounidense después de romper la valla de seguridad del lado mexicano de la garita El Chaparral, en Tijuana, Baja California.
Una vez que rompieron el cerco del lado sur, el grupo corrió hacia la siguiente cerca de alambre desde la que se vislumbraba territorio estadounidense. En ese instante, Agentes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los migrantes y evitar su paso a los Estados Unidos. Kim Kyung-Hoon estaba ahí cuando las primeras latas cayeron en suelo mexicano y comenzaron a dispersar su olor característico.
Decenas de migrantes de la caravana comenzaron a correr sin control evadiendo el gas, mientras otros más intentaron avanzar a como diera lugar, provocando un caos que rápidamente se convirtió en una escena dramática. En medio del desconcierto estaba María Meza, una mujer hondureña que llevaba tomadas de la mano a dos de sus hijas, Cheili y Saira, gemelas de cinco años de edad.
«En los frenéticos momentos después de que los botes cayeran al suelo, el olor estaba en todas partes y podía ver a los niños llorar, con los ojos picados por el gas», afirma Kim.
Una de las latas con gas lacrimógeno cayó a unos cuantos metros de ellas. Sin pensarlo dos veces, María corrió lo más rápido que pudo al lado contrario, arrastrando a las pequeñas que no lograron aguantar su paso. Kim Kyung-Hoon escuchó los gritos de la familia y rápidamente disparó en esa dirección en distintas ocasiones, mientras hacía lo propio para ponerse a salvo:
«Cheili se ve en pañales, Saira descalza, mientras su madre usa una camiseta que muestra a las hermanas sonrientes del éxito de Disney “Frozen”, una película que he visto muchas veces con mi propia hija. La otra hija de Meza, Jamie, aparece detrás de su madre en la foto, también huyendo del gas que se aproxima».
Los minutos siguientes fueron de total desconcierto: mientras una estampida se replegaba hacia el lado mexicano subiendo una cuesta, algunos más intentaban aliviar los efectos del gas en los menores, que tosían y lloraban desconsoladamente.
Kim, que había fotografiado anteriormente a las cuatro integrantes de la familia, captó un par de imágenes más de María y sus hijas antes de que siguieran su ruta hacia Estados Unidos, un éxodo que se detiene a la puerta del país más poderoso del mundo ante la negativa de darles refugio, al tiempo que lucha contra la pobreza, la violencia y hasta la discriminación de los propios mexicanos, un país acostumbrado a que los suyos migren hacia el norte ante los mismos demonios de los que escapan los centroamericanos.
«No puedo decir qué lado está bien y qué mal. Sólo tomé una fotografía de lo que vi en aquél lugar y momento», escribió el fotógrafo», concluyó Kim Kyung-Hoon.