Las cifras de delincuencia en el país han despuntado tanto en los últimos años que es imposible ignorar la inseguridad y disturbios amenazantes que vive actualmente la sociedad mexicana. Estas problemáticas acaparan encabezados, primeras planas y notas en todos los medios posibles, creando una esfera de delincuencia a donde quiera que miremos.
Hace apenas unos años, México ni siquiera tenía un papel importante en las estadísticas de violencia del mundo, pero aproximadamente en 2006, cuando comenzó la famosa “Guerra contra el narcotráfico”, los números ascendieron a tal grado que en el 2017 fue declarado como el país más violento del América y el noveno en el top mundial. Superado únicamente por países que se encuentran involucrados en conflictos armados como Siria, Afganistán, Iraq, Nigeria, Paquistán, Sri Lanka, Sudán y Somalia.
Las opciones para contrarrestar esta situación han puesto en la mesa la Ley de Seguridad Interior, misma que ha despertado polémica y opiniones diversas, confusas y extremistas entre la población, ¿tú qué opinas?
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¿Qué es la Ley de Seguridad Interior?
Ésta es una ley que aprueba la intervención de las Fuerzas Armadas en asuntos que van más allá de desastres naturales o combates con el crimen organizado. Es decir, ahora tendrán todo el derecho –respaldado por las autoridades– para actuar cuando se considere prudente en otros problemas civiles.
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¿Cómo ayudarían los militares a mejorar la situación del país?
Como todo organismo, existen reglas que regulan su funcionamiento. En este caso hay datos que son muy importantes para tener claridad en su margen de actuación, resaltando que la Ley de Seguridad Interior está propuesta sin pretensión de violar los derechos y libertades de la población, sino defenderlos.
El personal militar dispuesto contaría con mayor entrenamiento que el actual –mismo que no ha logrado solucionar el problema y por el contrario, lo agrava–, bajo una estrategia efectiva y eficaz para hacer frente al crimen organizado. Además, no podrá actuar arbitrariamente; su procedencia se declarará dentro de las 72 horas siguientes y posteriormente, tiene que se aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional y la Comisión de los Derechos Humanos para proceder a su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
A menos que sea una amenaza que represente un grave peligro a la integridad de las personas o el funcionamiento de las instituciones fundamentales del gobierno, se podrá ordenar directamente.
La carta de presentación más fuerte de este proyecto es la sustitución de grupos policiacos poco preparados y coludidos con el crimen, hecho nos beneficia como sociedad porque dichos grupos se verán obligados a prepararse y comprometerse.
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El ejército, ¿ayuda o perjudica?
Este modelo de seguridad persigue casos de éxito que han sido probados en otros países como Singapur, lugar que era considerado como uno de los más inseguros en el mundo y ahora cuenta con una reducción radical de inseguridad, contraponiéndose con su fama como uno de los lugares más preparados y seguros mundialmente hablando. Sin embargo, esto es algo totalmente nuevo del que se tienen precedentes no tan inspiradores, ya que la mala implementación ha llevado a malos resultados que, lejos de ayudar, perjudican.
El miedo y la ola de dudas entre la sociedad también es común. Existe pavor sustentado en la desinformación y poca fe en el cambio donde vemos más viable la opción de ser intimidados que apoyados.
Lo que es verdad es que esta ley ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y se ha diluido como opción, ahora es la realidad, ¿hasta dónde tuvimos que llegar para necesitar que las Fuerzas Armadas participen en las calles? La duda es si tú, yo y todos lo creemos como algo ideal o radical.
¿Preparar mejor a la policía sería una solución o seguiríamos en lo mismo? o bien, ¿los militares ayudarán a mejorar la seguridad del país?