La verdad detrás de la violencia entre las barras del futbol mexicano

La verdad detrás de la violencia entre las barras del futbol mexicano

La verdad detrás de la violencia entre las barras del futbol mexicano

Pocas veces el espíritu de la competencia se vuelve tan pasional como en los deportes, específicamente en el futbol, el deporte más popular en el mundo desde hace décadas. Pero no se trata sólo de una pasión entre los jugadores o los directivos, sino que los partidos se han convertido en un espectáculo en el que los aficionados son pieza fundamental. Así, el futbol se ha transformado en una fuente de entretenimiento y un negocio; los jugadores se han convertido en superestrellas y celebridades; y los aficionados y fanáticos conformaron porras y las llamadas barras bravas.

Las barras bravas en el futbol mexicano existen desde los años 90. Tal vez en un intento más por argentinizar ​nuestro balompié, los directivos decidieron que sería una buena idea traer el ambiente, tradición y costumbres que imperan en el fútbol de aquel país sudamericano. Es notorio que las barras bravas no sólo acarrean con ellas ambiente, “pasión” y folclor a los encuentros de la Liga MX y otros torneos, sino también violencia, inseguridad e incluso tragedias fatales.

A raíz de lo sucedido el pasado domingo 23 de septiembre en el clásico regiomontano —Rayados de Monterrey contra Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León—, en el que un aficionado de Tigres fue cobardemente abatido, humillado y golpeado casi hasta la muerte previo al encuentro —que, por cierto, terminó siendo muy aburrido con un empate a ceros—, la Liga MX debe tomar cartas en el asunto y actuar con mano dura para generar un precedente de cero tolerancia a la violencia dentro y fuera de los estadios. Sabemos que los reglamentos de la Federación Mexicana de Futbol pueden ser infringidos y no tener una acción en consecuencia, así que no sería una sorpresa que los altos mandos del futbol tomaran una decisión que supuestamente contribuya a terminar con la violencia en los estadios, pero que al final no atacará el problema de raíz.

Las barras bravas en México son grupos de choque, de relegados sociales, casi como mafias en las que los líderes se benefician incluso económicamente. Lo grave es que estos grupos no son independientes y ajenos a lo oficial, ya que en ocasiones los mismos directivos apoyan a las barras. Estos grupos mantienen un fuerte lazo con el territorio, su club y el barrio al que pertenecen. En Argentina, por ejemplo, la situación ya está fuera de control, han habido muertos en partidos de la Liga Argentina. Si en México no se toman medidas fuertes para erradicar a estos supuestos aficionados, las consecuencias podrán ser aún mayores.

En México ya no es posible ir a un estadio con la playera del equipo visitante sin ser amedrentado por alguna barra o incluso aficionados normales. Es tanto el fanatismo de algunos que ya es común ver grescas entre aficionados del mismo equipo, alentado también por el consumo de alcohol y una que otra droga. Estos grupos son patrocinados por los directivos de los clubes para viajar en los partidos de visitante, entrar gratis a los partidos y en general ser parte del espectáculo del fútbol. Los

barristas tienen sus propios rituales y rutinas: se reúnen en algún sitio aledaño al estadio previo al partido, comienzan la caravana hacia la cancha, entonan cánticos sudamericanos y visten de forma particular.

Es el fanatismo malentendido, la ignorancia y las circunstancias lo que orillan a estos jóvenes —y a algunos no tan jóvenes— a involucrarse en estos espacios. ¿Realmente vale la pena contar con su presencia, arriesgar a tu familia cada sábado, sólo porque brindan color a los juegos de futbol? Algunas de las barras más temidas del futbol mexicano son La Rebel de los Pumas, los Libres y Lokos de Tigres y El ritual del Kaos del América. Puede ser que estos individuos sean presa de su entorno. Sea lo que sea, en México se deben tomar medidas drásticas para evitar futuras desgracias. Mientras se soluciona el problema, ya se siente lejana la añoranza de los partidos pacíficos, con el chiqui ti bum a la bim bom ba a tope y con las familias conviviendo codo a codo, aunque sus afiliaciones sean contrarias.

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El texto anterior fue escrito por Adrián Espinosa.

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En la historia de este deporte hay algunas cosas que sólo un experto conoce, ¿qué tanto sabes de los Mundiales?

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