Se habla de amor sincero cuando estamos al borde de la muerte, lo más sincero de nuestro ser se expresará bajo la cara desahuciada de alguien que puede perder lo más valioso de todo: la vida, en cualquier momento.
Las cartas de amor y los poemas han sido desvalorados cuando el ejercicio de la escritura cambió gracias a los avances tecnológicos: el uso de palabras se sustituyó por la impresión de los objetos, nuestros padres y abuelos utilizaron este medio escrito para comunicarse en situaciones de ausencia.
Los mejores escritores de la historia quizá hayan sido los que tuvieron un periodo limitado y para medir sus capacidades con una pluma y papel, aquellos que decidieron, en la antesala de la muerte, que lo más hermoso que alguna vez dirían, tendría que quedar en un trozo de papel.
Imaginarte en un frente de guerra horas antes de sumar tu nombre a la lista de caídos ¿Qué le escribirías al amor de tu vida? ¿Qué le dirías a tu familia? ¿de qué manera expresarías el miedo a morir, ese que te inmoviliza y hace que tiembles volviendo las letras ilegibles?…
Ese sentimiento fue lo que se vivió en la Guerra Civil Española, el preámbulo a la Segunda Guerra Mundial, que tuvo un éxodo de cartas cuyos destinatarios terminaron en manos de los seguidores de la dictadura Franquista; el correo manejaba diariamente alrededor de 30 mil cartas diarias en un periodo de guerra.
Las cartas recopiladas que tenían como destino madres de hijos en el campo de batalla, esposas, hermanas, amigos o como una técnica anímica implementada por las filas militares franquistas, tenían a su disposición a jóvenes mujeres con las que los soldados mantenían contacto durante su estancia en la guerra.
Las madrinas de guerra eran en realidad un impulso anímico y patriótico para las fuerzas militares, los izquierdistas republicanos también necesitaban algo parecido, quizá por eso les erradicaron tan rápido; increíblemente y con suerte, algunos casos de este tipo de relaciones con fines militares terminaron en noviazgo o boda, otros simplemente perecían y eran olvidados.
Era elemental mantener informados a sus conocidos de que su existencia en este planeta seguía vigente, la propaganda militar que se manejaba en las postales que utilizaban para comunicarse era de corte franquista, algunas unidades militares llevaban postales que tenían como portada el número de brigada y alguna ilustración de la época con una nota que generalmente incluía el cabo.
Para 1940 la tasa de analfabetismo de España estaba cubierta a no más del 50 por ciento de la población de aquel entonces; sin embargo, el acervo de cartas recopiladas el tipo de ortografías y caligrafías halladas en cartas son realmente sorprendentes.
Al igual que los simpatizantes de Franco, los republicanos izquierdistas también fueron interceptados a través de su correo
Los recién llegados al Campo de Concentración necesitaban comunicarse con la familia, pero no solían tener dinero para comprar tarjetas, sellos, etc. En este caso (Vitoria) una Caja de Ahorros les obsequia con tarjetas (patrióticas, por supuesto) y en el dorso de las mismas hace gala de ello. Una de las primeras peticiones que hace el interno a la familia, es que busquen a “alguien que pueda hacerme un aval de mi actuación de antes y después del 19 de julio”.
Las postales se utilizaban como símbolos patrióticos para mantener el espíritu de lucha vitente.
Quizá las más terribles y conmovedoras fueron las cartas de los prisioneros y los arrestados, una vez que caes en manos de la tiranía sólo deseas que tu último aliento consciente llegue a las personas adecuadas, debe ser difícil despedirse de nuestros seres queridos a través de un trozo de papel con lagrimas en los ojos y con la certeza de que moriremos en cualquier momento, cualquiera de estas cartas nos provocaría más sentimiento que cualquier película o novela dramática.
Los recién llegados al Campo de Concentración necesitaban comunicar con la familia, pero no solían tener dinero para comprar tarjetas, sellos, etc. En este caso (Vitoria) una Caja de Ahorros les obsequia con tarjetas (patrióticas, por supuesto) y en el dorso de las mismas hace gala de ello. Una de las primeras peticiones que hace el interno a la familia, es que busquen a “alguien que pueda hacerme un aval de mi actuación de antes y después del 19 de julio”.
Ahora cada que tengas que enviar un gran mensaje a través de facebook o whats sincérate como si fueras parte de un frente militar y escribe las ganas de convivir ahora que son un par de kilómetros antes de que se vuelvan miles.