Europa es un entramado de túneles, cuevas y pasajes que debajo de la superficie nos cuentan más de la historia del continente que lo que vemos a simple vista. París es el ejemplo más famoso, en sus catacumbas corren túneles y cuartos subterráneos que albergan unos 6 millones de cadáveres y muchos de los grafitis de este sitio datan del siglo XVIII. Con una longitud de 3 mil kilómetros, películas y leyendas se han creado a partir del terror que infunde la cercanía a la muerte. 1786, por ejemplo, fue el año en el que debido a las epidemias, los parisinos decidieron trasladar los cadáveres y los huesos de distintas partes de la ciudad a este sitio.
¿Cómo se formaron?, ¿cuál es la historia detrás de los restos de suciedad y humedad?, ¿cuántas personas han caminado por ese mismo sitio?
La pregunta es aún más sorprendente cuando observas la red de cuevas y túneles en el que se encuentran obras de arte de distintas culturas y religiones. Códices egipcios, retablos cristianos, mantras budistas y artesanías paganas conviven en un sólo sitio.
A las afueras de la ciudad de Maastricht en Holanda, cerca de la frontera con Bélgica, existe un sitio de canteras talladas con piedras caliza conocidas como Jezuïetenberg o las Cuevas Jesuitas. Creadas entre 1704 y 1880, estas cuevas contaban con pasajes, túneles y un sinfín de difíciles entramados que hasta la fecha, logran que los turistas y cualquier visitante se sorprenda mientras desciende 45 metros.
Sin mucha información, algunos aseguran que como parte de un grupo selecto de eruditos que pertenecerían a “La Nueva Orden”, formaron esta red para preservar el valor y la riqueza del mundo. Otros simplemente disfrutan la novedad sin una idea clara de lo que hay ahí y mucho menos un dato conciso de cómo se formó el valor cultural que existe debajo de la tierra en este sitio.
La historia, aunque impresionante, en realidad no tiene nada de paranormal ni existe una conexión alienígena que nos asegure que ese punto en específico será el centro del universo en algunos años. Se trata del legado histórico de una comunidad que logró impresionantes monumentos con su imaginación y sus habilidades artísticas.
Después de su creación y cuando las visitas ya eran continuas, se convirtió en una de las principales atracciones de la ciudad y en 1860, una monumental escultura digna de los mejores museos de arte apareció cuando los jesuitas poblaron la zona. No es la única, desde ese momento y por un periodo de 100 años, los jesuitas hicieron unas 400 piezas maestras que incluían retablos, frescos y dibujos.
En el lugar existen réplicas de ciudades monumentales como la ciudad de Alhambra, un templo hindú, la cabeza del faraón Ramses II, representaciones de Cristo y Buda juntos y lo más sorprendente, creaciones caricaturescas de figuras pop como Blancanieves y los siete enanos o personajes de distintos dibujos animados.
Algunos aseguran que cuando los estudiantes de la escuela jesuita tenían días libres, corrían a las cuevas para, como en una exploración, buscar fósiles de dinosaurios y formaciones geológicas que los hacían sentir en una aventura. Muchos de ellos habían evangelizado comunidades de Indonesia, por lo que las cinco religiones oficiales ((Islam, Catolicismo, Protestantismo, Budismo, Hinduismo) eran sumamente importantes en la cultura que los adoptó por un largo periodo de sus vidas.
El trabajo de los artistas era tan real, que muchos de los monumentos que edificaron se convirtieron en una ciudad subterránea con templos y santuarios. Incluso existe una réplica de la obra “Old Woman” de Pablo Picasso y un sinfín de copias de la obra de Rembrandt.
Nada que ver con el Cristianismo y al mismo tiempo, creaciones realizadas por esos hombres que profesaban gran fervor a Dios, estos hombres dejaron en las cuevas su mayor labor, el conocimiento y su difusión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, tuvieron que huir por las persecuciones que sufrían por el Régimen nazi sobre todo cuando éstos reclamaron las cuevas como cuarteles militares. Después de la guerra regresaron, sin embargo, partieron definitivamente en 1968 cuando el patrimonio de las cuevas quedó en manos de la Jezuïtenberg Foundation. En los 90, las cuevas se hicieron parte del patrimonio nacional de Holanda, por lo que, si deseas visitarlas, debes hacer una cita para tener un recorrido de aproximadamente una hora y media.
Como mencionamos en el primer párrafo, por toda Europa hay diversas catacumbas, como las que se descubrieron en 1578 en Roma, que tenían esqueletos a quienes se les otorgó epíteto de Santos, si quieres conocer más de este sitio, puedes ver nuestro artículo “Los Santos de las Catacumbas; los mártires de la persecución cristiana”. Si te parece que estos lugares suenan un poco escalofriantes, uno de estos 5 lugares malditos podrían ser el sitio turístico que decidas visitar en tus vacaciones.
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Referencia:
MessyNessy
Jezuitenberg
