Los rostros, el tipo de cabello, el color de piel o de ojos, son características que cambian en cada persona, esos rasgos físicos forman parte de nuestra identidad de manera evidente, pues si bien ésta se constituye de distintas características, las únicas que no podemos negar son las físicas. Altos, bajos, morenos, blancos, rubios, de cabello chino, lacio; ojos grandes, pequeños, azules o marrones, todos esos rasgos dependen de nuestros genes, del lugar en el que nacimos y del proceso de mestizaje. La sociedad latinoamericana se diferencia de otras del mundo por muchas razones, todas ellas tienen que ver con su contexto histórico, y la pigmentación de la piel de los habitantes hispanoamericanos es otra de ellas.
Para comenzar a hablar sobre este proceso es necesario mencionar a la comunidades que estaban identificadas antes del proceso de mestizaje: los blancos del Viejo continente, los negros que eran originarios del africano y los “Moros” que eran los norteafricanos que invadieron España durante más de siete siglos, y eran llamados así por su color de piel que era más oscuro que los europeos pero menos que la de los africanos.
Otros pigmentos sobre la dermis estaban presentes en sociedades como la americana, asiática, etc., que fueron descubiertos en diferentes momentos, pero las anteriormente nombradas son las que nos contextualizan.
En el momento en que los conquistadores de la Corona española pisaron el Nuevo continente, se encontraron con personas muy similares (para ellos) a las de origen hindú, por eso los denominaron “indios”; raza exótica para los españoles y viceversa.
Los europeos y africanos ya se conocían de siglos atrás, la relación entre ambos era de dominio-esclavitud, pero los aborígenes americanos eran completamente nuevos para los peninsulares.
A finales del siglo XV, durante el proceso de colonización, existió gran discriminación racial que colocaba a los blancos por encima del resto, quienes consideraban de menor valía a los nativos, incluso los catalogaban como cosas.
En el siglo XVI llegaron a América muchos africanos; la manera en la que transportaban a los esclavos era inhumano, las condiciones en las que viajaban en las embarcaciones eran las peores y durante el viaje morían muchos de ellos. El gentilicio de los negros variaba según el sitio donde los embarcaban y no de su lugar origen, algunas formas de nombrarlos eran: mandingos, minas, carabalís, congos y angolas; en su mayoría procedían de Cabo Verde, Guinea, Nigeria, Senegal y El Congo.
Brasil fue la zona que más esclavos recibió, ya que los requerían para las labores en los cañaverales; en las indias hispanas remplazaron a los indígenas en las labores agrícolas y de construcción, pues los nativos eran utilizados como mano de obra en las minas de plata y oro.
El mestizaje se produjo en ese siglo, cuando se encontraron tres culturas en el mismo espacio. La carencia de mujeres europeas en las Indias, la violación y abuso a las nativas y negras por parte de los europeos, fueran las razones por las que se originó esta mezcla.
Los ibéricos se comportaron de manera diferente, pues otros colonizadores (ingleses, holandeses y franceses) en América no se mezclaron con nativos ni con esclavos.
Se les llamó “mestizos” a los descendientes de la unión de indígenas y españoles, pero también hubo otras castas como los “mulatos”, resultado de la mezcla de genes blancos con negros y los “zambos” que era el resultado de la conjunción de indígenas con negros.
Esto importó mucho en una sociedad donde la pigmentación de la piel los colocaba por encima o por debajo de los escalones sociales.
Han pasado muchos años desde que esa situación ocurriera; podemos observar al caminar en las calles que el mundo entero está conectado y mezclado entre sí. La apertura de caminos, la residencia en otros países y la socialización con otras culturas permite que en la actualidad personas completamente distintas se conozcan y se enamoren, convivan, procreen o simplemente compartan la cultura y conocimientos que cada uno posee.
A pesar de que aún existen aquellos que creen que el color de piel que poseas te hace mejor o peor, la mayoría de la gente está dispuesta a dejar de lado los prejuicios y darse la oportunidad de crecer y crear en conjunto, sin importar ese tipo de nimiedades.
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