Enterré lentamente el cuchillo en su cuerpo mientras veía la sangre que le brotaba. Una sensación de escalofrío atacó mi ser y pude ver cómo el dolor dibujaba una mueca de angustia en su rostro. Lentamente saqué el arma y él cayó. Nunca me sentí mejor, la adrenalina corrió dentro de mí y el estómago me hormigueó. Me vio con tanta incertidumbre, con tanto horror, que me sentí superior. Rápidamente subí en mi bicicleta y pedaleé lo más fuerte que pude.
Supe que desde ese momento no pararía jamás. Probablemente él fue el primero, pero no sería el último. Quería volver a experimentar con otros y hacerlo cada vez mejor. Sería imparable, me convertiría en un gigante que no caería nunca. Aquellos que me molestaban en la escuela no podrían hacerlo más, mis papás me respetarían, mis amigos sabrían que yo podría protegerlos.
El número de niños asesinos incrementa año tras año. No roban dulces ni juguetes, matan y cometen violaciones. Aquí una lista de niños que cambiarán la idea que tenemos sobre la infancia y la inocencia.
Craig Price
En 1989 Price fue culpado del asesinato de Joan Heaton de 39 años y sus dos hijas Jennifer y Melissa de 10 y 8 años respectivamente. Craig Price apuñaló a Melissa con tanta furia que el cuchillo se rompió en su cuello. Joan sufrió 60 cuchillazos y las pequeñas 30. Al principio las autoridades pensaban que se trataba de un robo, inspeccionaron por el vecindario hasta que encontraron a Price con una herida en su muñeca.
Durante las investigaciones, revisaron el cuarto del sospechoso, donde encontraron el cuchillo, guantes y otros objetos con sangre seca. Admitió su crimen y otro asesinato del que había sido sospechoso dos años antes. Fue condenado a muerte en su cumpleaños 16.
Joshua Philips
Un día, cuando Joshua fue a la escuela, su madre entró a limpiar su cuarto; mientras limpiaba notó una mancha debajo de la cama de su hijo y pensaba que era una gotera de la cama de agua. La curiosidad la llevó a darse cuenta que había una niña de ocho años escondida debajo de la cama. El cuerpo pertenecía a Maddie Clifton, una vecina que estaba desaparecida desde hacía siete días.
La gente se sorprendió porque Philips era uno de los vecinos que se ofrecieron para buscar a la pequeña. Dijo que accidentalmente golpeó a la pequeña con un bate de béisbol, después la arrastró a su cuarto donde la acuchilló 11 veces y siguió golpeándola.
Como tenía menos de 16, no pudo recibir sentencia de muerte. Lo condenaron a asesinato en primer grado y fue sentenciado a pasar el resto de sus días en prisión.
Eric Smith
A los 13 años, Eric era molestado por utilizar lentes, frenos, cabello rojo y orejas alargadas. Un día, Eric fue culpado del asesinato de un niño de cuatro años, Derrick Robie, a quien estranguló y después le destruyó la cabeza con piedras, para al final, violar su cuerpo sin vida.
Smith no pudo dar una respuesta cuando le preguntaron por qué había cometido el crimen. Un psiquiatra lo diagnosticó con desorden explosivo intermitente, una condición peligrosa en la que las personas pierden el control y tienen una terrible rabia.
Lo condenaron por asesinato en segundo grado y lo enviaron a prisión.
Graham Young
Desde temprana edad, a Graham le encantaba la química e idolatraba a Hitler, William Palmer y Dr.Hawley Crippen, famosos asesinos. Desde joven comenzó a experimentar con venenos y a los 14 años compraba químicos para “experimentos de la escuela”. Su familia y amigos fueron sus víctimas: su padre comenzó a sentirse enfermo, después su madre y su hermana. Todos sufrían vomito, diarrea y dolores de estómago. En 1962 mató a su madre con veneno.
Su profesor comenzó a sospechar que algo andaba mal por los raros experimentos que hacía en la escuela. Inspeccionó su escritorio y encontró veneno, fotografías de hombres muertos e información sobre prisioneros famosos.
Graham fue enviado prisión, donde comenzó a envenenar a los guardias y a sus compañeros, incluso causó la muerte de algunos. A los 23 años fue puesto en libertad y fue a vivir con su hermana. Comenzó a envenenar gente nuevamente, por lo que lo enviaron a prisión por segunda ocasión, donde murió años más tarde.
Jesse Pomeroy
A los 11 años apresó a siete niños, los ató y torturó con cuchillos y navajas. Lo apresaron y enviaron a un reformatorio, donde tenía que permanecer hasta los 21, sin embargo, lo liberaron un año después por buen comportamiento. Tres años más tarde secuestró y mató a una niña de 10 años llamada Katie Curran. También fue acusado del asesinato de un niño de cuatro años, a quien mutiló. Jesse fue sentenciado a cadena perpetua. Fue el asesino más joven condenado a cadena perpetua en primer grado en la historia de Massachusetts.
Mary Bell
Brian Howe, de tres años de edad, fue estrangulado, su cabello fue cortado, sus muslos marcados con navaja, sus genitales fueron parcialmente despellejados y una “m” fue impresa en su estómago. Probablemente la razon de Mary Bell fue la terrible vida que tuvo. Creció con la creencia de que su papá era un criminal que fue arrestado por robo a mano armada. Sin embargo, nadie sabe la verdadera identidad de su papá. A los cuatro años, Mary fue forzada por su madre a tener encuentros sexuales. Después de su juicio, Mary fue enviada a una prisión para varones.
Jon Venables And Robert Thompson
Jon y Robert encontraron a un pequeño niño llamado James Bulger en el centro comercial. James esperaba a su madre cuando lo secuestraron. Caminaron con el pequeño mientras entre los dos lo golpeaban y pateaban. Lo aventaron en repetidas ocasiones y James se golpeó la cabeza.
Después lo llevaron a las vías del tren y lo golpearon con ladrillos y un tubo de acero. Ataron el cuerpo de James a las vías y lo dejaron ahí para que pareciera un accidente. El tren impactó su cuerpo pero se reportó que el pequeño murió antes de que esto ocurriera.
Los dos muchachos fueron acusados por el asesinato de Bulger el 20 de febrero de 1993 y comparecieron ante la Corte Juvenil de South Sefton dos días más tarde. Permanecieron bajo custodia policial a la espera de juicio, hasta que fueron sentenciados a detención indefinida.
Barry Dale Loukaitis
En 1996, la escuela secundaria The Frontier atestiguó el asesinato de dos estudiantes y un profesor de Álgebra. Barry Dale Loukaitis sufría de alucinaciones y pensamientos mesiánicos. Se visitó como un pistolero del Medio Oeste y cargando dos pistolas y un rifle que pertenecían a su padre atacó el recinto. Los estudiantes fueron rehenes por 10 minutos. Algunos testigos declararon que cuando vio a sus compañeros entrar en pánico, Barry les dijo “esto supera al álgebra, ¿no?”. Fue condenado a dos cadenas perpetuas más 205 años de prisión. Stephen King basó en este caso su novela Rabia.
Lionel Tate
Su madre, Kathleen Grossett-Tate era la niñera de la pequeña Tiffany. Un día, subió las escaleras y dejó a la bebé con Lionel, de 14 años. De pronto escuchó a la bebé llorar y gritar, pero pensó que era normal y no bajó. Después de una hora Lionel llamó a su madre y le dijo que él y la pequeña estaban peleando y decidió golpearla contra la mesa, ahora la bebé ya no respiraba.
El examen forense reportó que la causa de la muerte había sido un fuerte pisotón que dañó el hígado de la pequeña, además de sufrir edema cerebral, fractura craneal y otras 35 lesiones. En el juicio Tate declaró que había saltado sobre Tiffany. En 2001 fue sentenciado a cadena perpetua, pero después, debido a que en el juicio no se habían realizado pruebas para determinar su competencia mental, lo sentenciaron a tres años y diez más de libertad condicional.
George Stinney
El 6 de junio de 1944, fue ejecutado en Estados Unidos George Stinney, quien tiene el récord de la persona más joven en ser ejecutada bajo las leyes del siglo XX. Asesinó a dos pequeñas niñas: Betty June, de once años y Mary Emma de ocho. Sus cuerpos fueron encontrados en un hoyo lleno de moho con los cráneos fracturados. Supuestamente el crimen fue cometido con un clavo de ferrocarril que encontraron en los alrededores.
Stinney dijo que intentó tener sexo con Betty, pero de algún modo terminó asesinándolas. Inmediatamente lo sentenciaron a muerte en la silla eléctrica. Sin embargo, no existía evidencia física que lo condenara, su ejecución se basó en evidencia circunstancial. La evidencia más grande por la que Stinney fue sentenciado es que las niñas habían hablado con él y su hermana un poco antes del asesinato.
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Referencia:
theinfong.com
