Debido al acelerado progreso humano, muchas veces las maravillas naturales de nuestro mundo se van acabando a un paso desmedido. Esto nos recuerda que es necesario un cambio pronto y efectivo si queremos preservar la ecología de la tierra. Sin embargo, a pesar de la desaparición de ecosistemas, aún existen paraísos perdidos intactos de la mano humana. Un ejemplo de ello son los manglares de más de 126 mil años de antigüedad que encontraron en lo profundo de la Península de Yucatán.
La posición única de México ocasiona que exista una enorme diversidad de especies animales y de plantas. Desde desiertos y montañas, hasta selvas y pantanos, sin duda el país lo tiene de todo, y esto permite que existan ecosistemas únicos y muy peculiares.
¿Qué son los manglares?
Este es el caso de los manglares, áreas donde el mar y la tierra se juntan, creando una especie de laguna de agua salada. En ellas, la especie más común es el árbol de mangle, vegetación que evolucionó para filtrar la sal del agua marina a través de sus hojas y grandes raíces sumergidas. Además, es el hogar de muchas especies animales, varias de ellas endémicas, entre las que hay crustáceos, peces, moluscos, aves, reptiles, anfibios y mamíferos.
El manglar que perdió el mar
Una de las principales características de un manglar es su cercanía al mar, después de todo su agua es marina. Y sin embargo, el nuevo manglar recién descubierto está a más de 200 kilómetros del océano más cercano, en las orillas del río San Pedro, ¿cómo terminó aquí?
Después de una investigación, los científicos a cargo del estudio llegaron a la conclusión de que estos manglares son relictos, organismos que sobrevivieron de un periodo de tiempo anterior, y tienen alrededor de 125 mil años de antigüedad, lo cual explicaría qué hacen aquí. Durante esa época la tierra estaba pasando a través de un periodo interglaciar, donde los casquetes polares se derritieron por completo, elevando el nivel del mar entre 6 y 9 metros comparado con hoy.
Escondido, pero no perdido
Uno de los investigadores líderes fue Carlos Burelo, quien además es nativo de la región donde se encuentra el manglar. En teoría, él fue el primero del equipo en encontrar el ecosistema, y el principal motivador para la investigación desde 2016:
«Solía pescar aquí y jugar con estos manglares cuando era niño, pero nunca supimos exactamente cómo llegaron allí. Esa fue la pregunta impulsora que unió al equipo».
Además, el equipo agregó que el ecosistema se había salvado de la intervención humana por pura suerte, pues el área alrededor del río San Pedro fue deforestada en 1970 bajo la justificación del ‘progreso’.
Afortunadamente, las excavadoras no lograron llegar hasta el manglar, y se logró preservar intacto para que sirva de testimonio del mundo antiguo que ningún humano logró ver. Pero no todos los tesoros naturales milenarios corren con la misma suerte que este manglar. Muchas maravillas de la naturaleza han sufrido el paso del progreso humano, siendo borrados del mapa. Incluso este manglar aún está en peligro de la mano humana.
Ningún ‘desarrollo’ humano podrá justificar la explotación de la naturaleza y la desaparición de los ecosistemas, es importante llamar a la acción para evitar ecocidios desmedidos en todo el mundo antes de que sea demasiado tarde.
*Con imágenes de: XEVT y Sol de Yucatán