Nuestras raíces son el resultado de una mezcla de razas y culturas que a través de los siglo han definido lo que actualmente somos. La palabra México es difícil de pronunciar para muchos de los extranjeros que visitan nuestro país, pues proviene de palabras de uso durante el México-Tenochtitlan, antes de la llegada de los españoles al Valle de Anáhuac. El vocablo es mexica, aunque en ese tiempo el gobernante Cuauhtémoc era de origen tenochca, un reino aliado con otros reinos: Texcoco y Tlacopan, con quien se fundó la Triple Alianza.
Los mexicas (aztecas), llamados El pueblo del Sol, vinieron de una tierra conocida como Aztlán, aunque se debate la idea de que se originaron de un lugar conocido como Las Siete Cuevas, arribaron al Valle al ver la “señal” (águila devorando una serpiente) que su Dios Huitzilopochtli (conocido por los españoles como Huchilobos) les brindó.
Dentro de la Historia, México se define como “Ombligo de la Luna” en náhuatl, palabra derivada de “Mexitli”. Mecitli es el desdoblamiento femenino de Tlaltehuktli (todos los dioses son una dualidad hombre/mujer), uno de los dioses de la cultura mexica y otros hablantes de lengua náhuatl; un monstruo marino que vivió en el océano después del cuarto diluvio, sólo que en su otro yo: Mecitli “la Abuela del Maguey”, hasta que Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, en sus forma de serpientes, partieron la burbuja de caos acuoso donde Mecitli/Tlaltehuktli (Señor de la Tierra, tlalli tierra, teukhtli, que se deformó en te-cu-tli, señor) y Abuela del Maguey”, asolaban y dominaban la región.
Hay que recordar que la escritura de los aztecas, como la de los mayas y otras culturas precoloniales, son ideográficas y pictográficas, esto quiere decir que las realizaban a través de dibujos o representaciones, ya sean de símbolos, ideogramas o jeroglíficos egipcios.
Mecitli viene de meztli, Luna, que, sabemos, posee diversos significados, es un símbolo de amor, por ejemplo, de bohemia, de melancolía, de poesía o de oscuridad. Por otro lado, es un nombre propio, Meztli. Xictli es ombligo en lengua náhuatl y co es lugar; como en Xochimil-co (xochitl, flor, milli campo, –co, lugar); Jalis-co (calli, arena, ixtli cara y –co); Atzcapozal-co (azcatl hormiga, potzalli montículo y –co); Acapul-co (acatl caña, pul de poloa, perder, destruir y –co).
Los aztecas eran adoradores de Huitzilopochtli, conocido también como Mexicali o Mexica, aunque hay otros que piensan que hace referencia a la isla que estaba en el centro del lago de Texcoco (Lago de la Luna), donde los aztecas presenciaron el prodigio, la “señal” de un águila devorando una serpiente (que se dice pudieron ser tunas o nopales) y allí decidieron fundar México-Tenochtitlan y las peregrinaciones que vinieron de Chicomoztoc.
Después del arribo de los españoles, el barón von Humboldt llamó a México la región más transparente del aire, ya que cuando ellos llegaron, el lago era tan inmenso que la ciudad quedaba en el reflejo de la luna, justo en el centro del ombligo del conejo que era visible en plenilunio.
Las personas que vivían en el Valle de Anáhuac se denominaban a sí mismos mexicas o tenochas, pues eran originarios y descendientes de los fundadores. El reino Mexico-Tenochtitlan se pronunciaba meshico-tenoch-tlitlan (ninguna palabra llevaba acento), el barón Alexander von Humboldt, al tener la “x” en su nombre con ese sonido se le hizo fácil ponerla al escribir México-Tenochtitlán, pero los españoles, al no tener sonido para esa letra, decidieron escribir “méjico o mégico” (como aún lo pronuncian). En otras palabras: aún se conserva ese valor de la “x”: Xochimilco, es un ejemplo, o Xola, ¿te imaginas pronunciando Jola o Gochimilco?
Cuando nacieron los dioses: dos culebras (una con cabeza de águila y la otra en forma de nube), una loba, un gavilán y un señor de la acequia (plantas prehistóricas), Mecitli los amamantó, por lo que los mexicas reflexionaron y decidieron no llamarse más a sí mismos de esa manera, sino mecitin o metzitin (mexicanos, o adoradores de Mecitli). Incluso, aún hay quienes creen que el nombre de la Ciudad de México proviene de “ser hijo del maguey o del nopal”, pero ahora sabes que no es así.
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