“Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo”.
Oscar Wilde
La RAE define entre su diversidad de significados la palabra “Genio” como “capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables”; también los académicos incorporan otros significados atribuidos a dicha palabra: “índole o condición peculiar de algunas cosas”. Si acaso, un genio no es más que una persona que rompe todos los estereotipos y arquetipos, rompe con las normas y los convencionalismos sociales. Es difícil enmarcar las características de un genio y, como siempre, el debate estriba si un genio nace o se hace. Si acaso se pude despejar esta cuestión, cada persona nace con cualidades psicobiológicas determinadas pero a través de grandes esfuerzos y de afrontar largos caminos de vicisitudes, se llega a desarrollar —a veces de forma explicable y otras inexplicable— cualidades extraordinarias; sin embargo, no todos los genios son reconocidos y, mucho menos, su genialidad ha sido y es venerada.
¿Por cuáles caminos transcurre la vida de un genio? ¿El genio no es más que una persona que sobresale extraordinariamente por encima de todo el mundo? Puede, tal vez, que un genio sea una persona a la que no le importa ni el éxito, ni la fama, ni el dinero, ni tampoco el reconocimiento. Puede que lo único que le importe sean los afanes de su creación, buscar sentido a cosas que tal vez no tienen sentido, encontrar razones para lo que tal vez no haya razón. Y ciertamente, un genio puede perder la razón pero no la cordura. A todo esto, ¿están predestinados a una vida angosta, plagada de augurios para ofrecer algo al mundo y a la vida?
Por ejemplo, Hipatia de Alejandría, quien fue la primera mujer científica de la historia, cultivó los campos de las matemáticas, la astronomía, y empezó a conceptualizar el heliocentrismo. Su pensamiento influyó doctamente en la cultura grecolatina; fue además un referente para Copérnico y Galileo, pero tuvo una muerte despiadada por unos fanáticos coetáneos que se abalanzaron sobre ella despojándola de sus ropajes y la golpearon con piedras hasta descuartizarla.
Sócrates tuvo gran reconocimiento en la antigüedad, y poco le duró el clamor cuando se aventuró a romper con las normas sociales de la carca Atenas. Tuvo por bandeja dialogar con cualquier ciudadano para encontrar respuestas al logos. Fue acusado en el 399 a. C. por romper con el pensamiento divino y desestructurar la vida política; es sabido que después fue condenado a beber cicuta.
Alejando Magno tuvo una vida plenamente imperial: cultivó las ciencias humanas y contribuyó al cambio político y cultural en todo el Mediterráneo; la Biblioteca de Alejandría gozó de un incalculable número de pergaminos y manuscritos; sin embargo, la vida de Alejando Magno acabó tras un envenenamiento.
Con la tradición judio-cristiana imperante en Europa durante la Edad Media, apenas se vislumbró la mente de los genios: se tomaba en consideración que el talento era algo impuesto por Dios. Más tarde llegó el Clasicismo y destacaron figuras tan virtuosas como Mozart, que tuvo una vida plagada tanto de talentos como de problemas de salud; la muerte del compositor y virtuoso músico vienés ha sido siempre un misterio, pero según los escritos se piensa que pudo ser envenenado por la envidia de otros.
En líneas paralelas estuvo la vida de Beethoven que sobrellevaba una profunda sordera en los últimos años de su vida, hasta acabar intoxicado por el plomo de los medicamentos con los que hacía frente a una pulmonía. Chaikovski, otro gran genio de la música, murió de cólera. Sigmud Freud, el padre del psicoanálisis y una de las figuras más influyentes del siglo XX, se vio derrotado por un cáncer oral y las malas prácticas médicas.
Otros ejemplos son el escritor Oscar Wilde, quien acabó justiciado por la sociedad de su época y murió por una enfermedad crónica del oído (y no por un sífilis que como se ha pensado). Cortázar murió de leucemia. Borges de un cáncer hepático. Y más figuras destacadas en nuestros tiempos: Warhol murió de un infarto cardíaco, Marilyn Monroe cometió suicidio (otros dicen que fue envenenada por los servicios de inteligencia estadounidenses), Elvis Presley murió de sobredosis igual que Whitney Houston, Kurt Cobain se suicidó, Freddie Mercury murió por el VIH; Félix Rodríguez de la Fuente a quien tendieron una muerte manipulando el avión en el que viajaba él y su equipo de reporteros.
La vida de muchos artistas, escritores, músicos y genios ha estado repleta de momentos difíciles. Parece que el talento mejor recordado es aquel que más difícil lo tiene para sobrevivir. Ni el mundo ni los tiempos que corren anda sobrados para prescindir de la figura de los genios. Quizá ellos, aunque hayan tenido una vida difícil y corta, siguen siendo inmortales.
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Cualquier muerte conmociona, y más si se trata de mentes brillantes o de los 9 escritores que murieron de la manera más extraña, al igual que los fallecimientos más trágicos en la historia del arte, pues cuando alguno de ellos nos marca la vida a través de su creación, es difícil no imaginarse lo que hubieran logrado de no haber abandonado este mundo…