Es increíble cómo aún existe una fuerte reticencia contra el feminismo en México y los países latinoamericanos. Basta con mirar los comentarios de las personas en alguna de las publicaciones de este sitio que hablan sobre el tema para notar que aún existen hombres que creen que la violencia contra la mujer no es tan importante y que incluso se ríen cuando una de ellas expresa ideas sobre cómo el machismo ha reprimido al género femenino desde hace siglos.
Resulta absurdo ver cómo –en el contexto de abuso sexual en Hollywood– existen hombres que dicen que esto se está convirtiendo en una “caza de brujas”, cuando las verdaderas cazas de brujas acababan con la vida de las mujeres sin un juicio digno, sólo por ser acusadas de realizar hechizos y maldiciones (lo cual es físicamente imposible). Y de hecho, mientras que los individuos que son acusados de abuso o acoso sólo ven su carrera terminada, una mujer acusada de brujería podía sufrir distintos tipos de tortura antes de ver el final de su vida.
De igual forma, a lo largo de la historia, distintas mujeres eran acusadas por crímenes que no eran tan graves para los hombres y fueron torturadas con métodos que van desde lo brutal hasta lo inimaginablemente violento.
El burro español
Usado por: La Santa Inquisición española
Uno de los dispositivos más crueles de la Edad Media. Creado con diferentes materiales, pero principalmente de madera, tenía forma triangular con picos en la parte superior. Las mujeres adúlteras eran amarradas con las piernas abiertas —exponiendo su vagina a los picos del dispositivo— para que fueran cortadas lentamente. Para que fuera más efectivo, se le imprimía peso a las piernas de la víctima y que así las heridas fuesen más profundas. El método era tan brutal que llegaba a herir otros órganos vitales provocando hemorragias imposibles de detener. En algunos casos la mujer se colocaba con el estómago directo en las púas, lo cual era aun más doloroso y mortal.
De acuerdo con algunos recuentos de la Guerra Civil Norteamericana, los prisioneros de la confederación (el bando sureño) eran castigados y torturados con este método.
Cortarla a la mitad
Usado en: La Edad Media
Todas las mujeres que fuesen acusadas de blasfemia, adulterio y hasta brujería podían encontrar una muerte brutal; ser cortadas la mitad. Este método parece salido de un filme de terror, y es que primero se colgaba a la acusada de los pies y después se le rebanaba lentamente con una sierra. En algunas ocasiones el proceso terminaba con todo el cuerpo partido en dos, pero en otras los verdugos decidían detenerse a la mitad para prolongar el dolor. El hecho de que la víctima estuviese con la cabeza colgando las mantenía despiertas durante el proceso.
La pera de la angustia
Usada en: alrededor de 1600 en Europa.
Salido de una pesadilla, este dispositivo posiblemente es de los más sádicos, resulta imposible imaginar cómo y por quién fue concebido, y de hecho, aún se cuestiona si fue utilizado como un método de castigo. Este horrible objeto consiste en cuatro partes que se asemejan a unos pétalos que se abren cuando alguien gira una palanca tipo sacacorchos en la parte baja del artefacto. El aparato entraba por la vagina cuando estaba cerrado y lentamente se abría destruyendo los órganos reproductivos de forma lenta e inhumana.
Las mujeres que eran acusadas de brujería y de haberse realizado un aborto eran castigadas con este despiadado aparato.
La brida de Scold
Usado en: siglos XV y XVI
El primer registro de este dispositivo se realizó en Escocia en 1567; consistía en una especie de bozal que encerraba toda la cabeza, entraba en la boca e impedía el movimiento de la lengua. Se usaba para castigar a las mujeres groseras, las que se quejaban con sus esposos, y en general a cualquiera que hiciera escándalos en la calle. Aunque no provocaba heridas graves, servía como una forma de constante humillación, e indudablemente es prueba de cómo se ha callado a las mujeres durante siglos. Sin embargo, eventualmente se desarrollaron otros más complejos que sí resultaban más efectivos como métodos de tortura.
El arranca senos
Usado en: La Edad Media
También conocido como “La Araña”, era un instrumento en forma de pinzas, hecho de hierro, que generalmente se usaba para sostener a las mujeres de los senos y arrancarles la piel y los músculos de esta área. Podía usarse en un solo seno y arrancarlo por completo. Reservado para las mujeres adúlteras y para las que habían abortado. Se cree que en algunos casos el metal era expuesto al fuego para facilitar el proceso. La mayoría de las víctimas moría, pero las que no lo hacían tenían que vivir con la marca permanente en su pecho.
Tortura sexual / violación
Usado en: toda la historia, hasta la actualidad
Así es. La violación es un método de tortura que se mantiene hasta nuestros días. Además de que hay registros de que en algunas guerras antiguas las mujeres eran violadas por los soldados invasores, actualmente se han registrado casos en las prisiones de Irán y de México en las que son forzadas a tener sexo para que confiesen más sobre sus crímenes. Asimismo, se ha reportado que los miembros de ISIS violan a sus prisioneras. Por supuesto, éstos son solo unos pocos casos en los cientos de miles que seguramente han ocurrido a lo largo de la historia.
Atadura de pies y el Corset
Usado en: toda la historia desde su creación
Desde hace más de mil años existe la atadura de pies para las mujeres en China. Se usaba como un proceso “de belleza” en el que se amarraban los pies de las niñas para que no crecieran, provocando fuertes malformaciones e incluso haciendo que se quedaran sin poder caminar bien por el resto de sus vidas. Esto era realizado por los padres, ya que se usaban los pies como una forma de atraer potenciales maridos. En algunas partes se sigue realizando, sin importar que ese tipo de tradiciones ya estén en camino de extinguirse.
Por otra parte, el Corset fue un producto creado para tratar de mantener un estándar de belleza imposible de lograr. Impedía respirar apropiadamente, deformaba la cintura y cambiaba la posición de los órganos provocando fuertes daños a la salud. Asimismo, se atrofiaba la espalda al usarlo, y algunas feministas aseguran que su uso simbolizaba el constante poder masculino sobre el cuerpo de las mujeres.
Si eres hombre y engañaras a tu esposa, ¿aceptarías recibir uno de estos castigos? Seguramente no. Es inhumano, brutal y absurdo. Quisiéramos pensar que este tipo de artículos ofrecerá una nueva perspectiva a las mentes machistas que creen que las mujeres no han sido víctimas; sin embargo, es imposible cambiar su opinión. Esos individuos seguirán protestando “¿y los asesinatos de hombres?”, cuando vean artículos sobre feminicidios, pero quizá uno de tantos aprenda que el feminismo es algo por lo que se requiere luchar, ya que nunca queremos ver a mujeres silenciadas de forma absurda o castigadas por comportamientos meramente humanos.
*Este artículo fue publicado anteriormente y ha sido modificado
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