Existe una escena en “The Day After Tomorrow” (2004) donde, después de sufrir una glaciación repentina y mortal, los ciudadanos de Estados Unidos se arremolinan desesperados ante la frontera de México que ahora está cerrada para ellos; después de perdonar la deuda externa mexicana y pedir disculpas por años de tratos vergonzosos, el gobierno abre la frontera. Recuerdo esta escena porque en el cine todos comenzamos a aplaudir imaginando que esa situación podría ser real en algún momento.
Nosotros no tenemos que rendir cuentas a nadie, se trata de uno de los preceptos del gobierno con más influencia en Occidente desde hace décadas. Incluso en las películas de acción y sci-fi, Estados Unidos nunca suele pedir disculpas.
Las apologías a nivel nacional son un tema difícil para los secretarios de relaciones exteriores, embajadores y sobre todo, para sus receptores. Es verdad que disculparse no significa obtener el perdón de los afectados y que ninguna palabra podrá restituir algo de lo que se perdió. «Ni perdón ni olvido», es una de las consignas de la sociedad mexicana ante su gobierno por la masacre de 1968 en Tlatelolco. Pero también es cierto que en algo se parecen las palabras y las balas, una vez lanzadas nunca vuelven y sus efectos pueden ser irreversiblemente devastadores.
Tal vez estas cinco disculpas que Estados Unidos realizó públicamente hayan sido para obtener otro tipo de recompensas tras pedirlas. Sinceras o no, conmocionaron al mundo:
La protección a un oficial nazi buscado por crímenes de guerra
El carnicero de Lyon, como se le conocía a Klaus Barbie, fue un oficial de la SS y la Gestapo (Policia Secreta del Estado Nazi) que estuvo involucrado en la tortura y muerte de grupos de resistencia y judíos en Francia. Los últimos años de la guerra fue informante para Estados Unidos que lo escondió durante un año y posteriormente lo ayudó a escapar a Bolivia, donde se resguardó del gobierno francés durante cuarenta años hasta que fue extraditado y juzgado por la muerte de casi mil personas. Cuando Francia se enteró de la ayuda que recibió del gobierno estadounidense, éste pidió una disculpa en 1984.
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La criminalziación de japoneses durante la Segunda Guerra Mundial
El ataque a Perl Harbor no sólo cambió el rumbo de la guerra, también desencadenó medidas gubernamentales contra todos los ciudadanos de origen y ascendencia japonesa que vivían en Estado Unidos. Franklin Roosevelt accedió a que todos ellos fueran buscados y llevados a campos dispersados por el país, donde vivieron el fin de la guerra y algunos años más. En total fueron alrededor de 120 mil personas las que fueron detenidas, lo que ocasionó crispaciones en la relación de ambas naciones. Fue hasta 1988, gracias al activismo de Yuri Kochiyama, que el presidente Ronald Reagan emitió una disculpa a sus ciudadanos y les otorgó una compensación económica de 20 mil dólares.
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El Golpe de Estado al Reino de Hawaii
Algunos empresarios estadounidenses planearon el Golpe de Estado al Reino de Hawaii que fue respaldado por el Ejército de Estados Unidos en 1893. La Reina Lili’uokalani sólo estuvo al frente de su reino durante tres años hasta que la obligaron a abandonar su puesto; entonces se creó una nueva República que pocos años después se anexó a los territorios regenteados por el gobierno estadounidense, convirtiéndose en un estado independiente. Cien años después del Golpe de Estado, el gobierno que lo apoyó ofreció disculpas al pueblo Hawaiiano.
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El experimento Tuskegee
Comenzaron en 1932, en el Instituto Tuskegee en Alabama y terminaron en 1972; los doctores que trabajaban para el Servicio Público de Salud, infectaron y estudiaron el comportamiento ‘natural’ del virus de la sífilis al ser tratado en ciudadanos afroamericanos. Nunca se les informó que eran sujetos de estudio, sólo se les daba alimentación, exámenes médicos gratuitos que cubrían todas sus necesidades excepto le trato de la sífilis, y servicios de funeral tras su muerte. Fueron 399 personas ‘estudiadas’. El experimento fue descubierto por la prensa en 1972, el Partido Pantera Negra estaba en un momento importante, lo que resultó en indemnizaciones por más de 10 millones de dólares para los sobrevivientes. Fue hasta 1997 que el presidente Bill Clinton pidió una disculpa por los daños.
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Tras años de esclavitud y el seguimiento de las Leyes Jim Crow
«Separados pero iguales» era el slogan que trataba de ocultar la verdad: el estado había emitido leyes racistas de segregación contra sus propios ciudadanos afroamericanos, a los que se les consideraba, después de 246 años de esclavitud legalmente permitida, de segunda clase, lo cual significaba menos derechos. Fue hasta el año 2008 que desde la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Steve Cohen notó que nunca se había pedido una disculpa por estos hechos. La disculpa se realizó ese mismo año y se reconoció que las Leyes Jim Crow habían perpetuado los horrores y errores de la esclavitud en el país
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La mayoría de las disculpas del gobierno estadounidense fueron dadas hacia sus propios ciudadanos. Se trató de apologías por aceptar y promover actitudes o hechos racistas que derivaban de odio hacia el otro, al que seguían considerando extranjero en su propia tierra. Un pueblo debe exigir que su gobierno rienda cuentas de sus acciones, con mayor razón cuando sus acciones los afectan directamente.
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Fuente:
Smithsonian