Realidad Alterna
El final de la película “Bastardos sin Gloria” se presenta una versión fascinante de cómo pudo haber muerto Hitler. El filme no mostró la cobardía y los trastornos mentales del Führer durante sus últimos días, los cuales derivaron en su suicidio, sino una visión justiciera. Un grupo de soldados judíos planea un ataque en el cine en donde la mano derecha de Hitler, Joseph Goebbels, estrenará una cinta.
Los mandos más importantes del Tercer Reich se encuentran dentro y asesinarlos resultaría en el fin de la guerra y del terror Nazi. Los “bastardos” hacen explotar el cine y masacran a todos los alemanes que se encuentran dentro, inclinado la balanza para los aliados, en una batalla sangrienta sin sobrevivientes.
Es una escena increíble, no sólo desde el punto de vista cinematográfico, presenta un escenario hipotético que empata con el castigo que merecían los nazis. Pero después de verla es inevitable preguntarse: ¿Y si hubiese pasado lo contrario?
Es decir, ¿qué sería del mundo si los enemigos de Hitler; Joseph Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt hubiesen muerto en un ataque similar?
El mundo según Hitler
Así como “Bastardos sin Gloria” pensó en un escenario en el que todos los líderes nazis estuviesen en un sólo lugar, Adolf Hitler pensaba que si lograba tener a los tres hombres más importantes en una locación única, podría planear un ataque para ganar la guerra de un solo un golpe. Esta idea le llegó después de que Churchill y Roosevelt se reunieron en Casablanca, Marruecos, así que los espías alemanes no tardaron mucho en comenzar a investigar posibles reuniones futuras; especialmente que incluyeran a Stalin, quien representaba una de las amenazas más fuertes para el Tercer Reich.
Antes de que se planeara la reunión, todas las naciones involucradas en la guerra reclutaban múltiples espías para obtener información. Uno de ellos era Ernst Merser, quien fue contratado por los británicos por sus insólitos talentos. Al poco tiempo los alemanes le hicieron una oferta y el hombre aceptó. A pesar de que trabajaba como espía doble, sus intereses estaban enfocados a favor de los británicos. Su papel dentro de la misión sería de los más importantes para evitar una crisis mundial.
Uno de los espías alemanes se enteró que finalmente habría una oportunidad para asesinar a los tres. Los Aliados se reunirían en Teherán, Irán, territorio neutro para discutir sus siguientes movimientos en la batalla. Cuando Hitler se enteró, comenzó su plan.
Operacion Weitsprung
Llamada “Operación Gran Salto” o “Weitsprung”, fue un plan liderado por Otto Skorzenyde la SS y consistía en rodear la locación donde se llevaría a cabo la reunión y atacar con militares infiltrados. Varios equipos de alemanes entrarían al territorio por paracaídas. Después les serían enviadas provisiones y armas para su ataque. El encargado de llevar esos materiales era Ernst Merser, el doble espía para los británicos. Al enterarse del plan, informó inmediatamente que se estaba gestando el asesinato de los líderes del mundo libre.
La operación también consistía en enviar a algunos desertores del ejército ruso para recolectar más información. Sin embargo, algunos espías de ese país lograron detectarlos y averiguar sus intenciones en ese lugar. Para ese punto, un militar alemán había revelado información a una mujer: Lydiya Lissovskaya, quien resultó ser una espía para los rusos.
El plan había fallado, todo había sido descubierto. Nunca logró concretarse, la reunión se llevó a cabo y Hitler perdería la guerra a los pocos años.
Los espías involucrados en esta misión salvaron el mundo de una crisis. Churchill, Stalin y Roosevelt no contaban con sistemas de sucesión establecidos para un caso de emergencia. Si hubiesen sido asesinados ese día sus naciones hubiesen entrado en caos, permitiéndole al ejército alemán expandirse con más velocidad ganando aún más control. Posiblemente, el mundo sería muy diferente.
En estos casos hipotéticos, preferimos el escenario de “Bastardos sin gloria”.
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Referencias:
Mental Floss
Sputnik News
The Telegraph
“Hitler’s Plot to Kill the Big Three” de Laslo Havas (1967)