Si hay algo especial de los distintos impresos, documentos y papeles oficiales del país son los secretos y guiños escondidos que nos recuerdan la historia de México, tanto prehispánica como los distintos héroes de la época revolucionaria e independentista o grandes figuras de nuestra cultura.
Quizás los más obvios son los distintos retratos que aparecen en nuestros billetes, o el calendario maya en las monedas de diez pesos, pero no son los únicos. Hay uno escondido a plena vista en nuestras actas de nacimiento: dos serpientes prehispánicas que con su cuerpo crean el margen del documento.
Las serpientes emplumadas
Si sacas tu acta de nacimiento en este momento y miras el margen, podrás reconocer el obvio dibujo de dos serpientes emplumadas y a primera vista podrás pensar que es Quetzalcóatl, después de todo es la deidad prehispánica más conocida con estas características.
Pero en realidad no se trata de él. Si bien estas serpientes se parecen mucho a aquellas esculpidas en el Templo de Quetzalcóatl ubicado en la zona arqueológica de Teotihuacán, en el estado de México; las figuras que aparecen en el acta de nacimiento tomaron inspiración de otra parte.
Son representaciones de las serpientes esculpidas en la Pirámide de las Serpientes Emplumadas en la zona arqueológica de Xochicalco, ubicada hasta el estado de Morelos.
Si no es Quetzalcóatl, ¿entonces quién es?
Al analizar las serpientes esculpidas en esta pirámide, múltiples teorías han surgido sobre quién puede ser o qué es lo que están representando pero ninguna ha sido comprobada al cien por ciento como verdadera.
Por un lado, hay investigadores que apuntan a la respuesta obvia: son representaciones de Quetzalcóatl. Otros, mientras tanto, aseguran que las ocho serpientes son representaciones de la tierra, el agua, la fertilidad y la sangre.
Mientras tanto, la respuesta ‘oficial’ del INAH dice que no es ninguna de estas dos teorías, sino más bien una deidad vieja del agua que serpentea entre los cerros, de acuerdo con un estudio realizado en 1999:
“A los lados de la escalinata, las serpientes forman un círculo en cuyo interior hay distintos glifos: en el lado izquierdo, al centro, se encuentra el famoso ajuste calendárico y en el derecho, ocupando también la parte central, se encuentra el nombre de ‘señor’”
Una pirámide rodeada de misterio
De por sí la pirámide ya tiene el misterio de sus serpientes rodeándola. Ese no es el único. Su mismo descubrimiento es enigmático ya que se relaciona con una leyenda de Leopoldo Batres. Según los relatos, el arqueólogo habría usado dinamita para revelar la pirámide que supuestamente se hallaba escondida al ojo humano. Este rumor sería indicador de los conocimientos y la maestría que Batres tendría sobre la arqueología; sin embargo, más adelante unas fotos de Pal Rosti indicarían que dicha explosión nunca ocurrió, sino más bien Leopoldo se toparía con dicha pirámide y agarrando pedazos de ella que se encontraban esparcidos por ahí, simulara la supuesta explosión.
Sea cual sea la verdad, dicha pirámide fue tan importante que ahora adorna las actas de nacimiento de todos los mexicanos. Ahora que sabes de dónde vienen, ¿por qué no lanzarte a verlas en persona?
*Con imágenes de: Sacatuacta.com, Pixabay, Wikimedia Commons