La primera vez que los arqueólogos vieron el nuevo pasadizo que los guiaba hasta el interior del templo de Quetzalcóatl era octubre de 2003. En días anteriores había llovido, por lo que un día fueron recibidos con un nuevo boquete formado en el templo, de otra forma probablemente habrían tardado hasta años para dar con este pasadizo.
Sergio Gómez, arqueólogo, sería el primero en descender al día siguiente y tras 14 metros de profundidad encontró la entrada del mítico túnel que a la fecha sigue cerrado al público y probablemente permanecerá así por motivos de conservación.
Detalle de las escalinatas del Templo de Quetzalcóatl, 1950. Foto: Mediateca INAH
El Tlalocan, un proyecto de largo alcance
No obstante de su descubrimiento en el 2003, la exploración del túnel comenzó hasta el 2009. El proyecto recibió el nombre de Tlalocan, que es uno de los lugares a los que iban los mexicas una vez morían de acuerdo con su muerte; en este caso específico, el Tlalocan estaba reservado para aquellos que habían muerto ahogados o por un motivo relacionado con un cuerpo de agua y era el sitio de descanso del dios Tláloc.
Tlalocan. Tepantitla, Zona arqueológica de Teotihuacan, estado de México. Foto: Oliver Santana / RaícesLa exploración se ha realizado con la ayuda de robots, lo que marcó un hito en la arqueología mexicana, pues anteriormente no se había utilizado este tipo de tecnología. A partir de entonces han pasado varios años en los que de la mano de herramientas pensadas para preservar el pasado, los arqueólogos han excavado a lo largo del túnel que tiene una longitud de 103 metros y hasta 18 metros de profundidad.
«Hemos tardado casi 8 años en la exploración. Todo ha sido hecho con mucho cuidado, retirado alrededor de mil toneladas de piedra y tierra. Utilizando solo pinceles, agujas, herramientas de dentistas». Declaró Sergio Gómez para Animal Político.
Los hallazgos
Sin embargo, el tiempo ha surtido sus frutos. A su paso por el túnel de 2 mil años de antigüedad, los arqueólogos han logrado descubrir cerca de 10 mil objetos, asimismo las paredes del túnel están cubiertas de pirita, un mineral que al ser iluminado figura el cielo de una noche estrellada. Al término de éste, hallaron tres cámaras que los arqueólogos esperaban que se tratara de la tumba de alguien muy importante.
Si bien no encontraron ninguna tumba, había señales claras de que los miles de objetos estaban pensados como una ofrenda que también demuestra cómo Teohitihuacán se convirtió en un sitio donde convergía el comercio y los trueques.
Foto: Expansión.
«Hay evidencia de que los teotihuacanos tenían desde fases muy tempranas vínculos muy fuertes con toda la zona maya. Hemos recuperado piezas de jade y conchas y caracoles que provienen de Guatemala». Sergio Gómez, Animal Político.
Además encontraron cuatro esculturas: tres de mujeres y una de un hombre, la cual es de un tamaño considerablemente menor que las femeninas. Según los expertos, puede indicar que la cultura teotihuacana estuvo regida por una mujer. Por otro lado, también se ha planteado la teoría de que se trate de los fundadores de la gran ciudad, dado que encontraron bolsas con pirita y jade en la espalda de cada escultura.
Foto: ExpansiónHasta la actualidad la labor de interpretación y análisis del hallazgo está en sus primeras etapas, por lo que será cuestión de tiempo antes de que sepamos con certeza los secretos de esta antigua cultura. El Instituto Nacional de Antropología e Historia ha dispuesto visores especiales en el Museo Nacional de Antropología, así como en el Museo de Sitio de la Cultura Teotihuacana (ubicado en la zona arqueológica) que permiten que los visitantes hagan un recorrido con vista 360º del túnel y las cámaras al final de éste.
En portada: HNA