La relevancia con que cuenta la novela de Tolkien y a partir de la cual se crea una cosmogonía compleja de seres fantásticos, dinastías y lugares maravillosos, es vestigio de una larga tradición de la narrativa épica trasladada a un mundo como el nuestro, siempre necesitado de inspiraciones fuera de la realidad establecida. Carácter que bien podemos hallar en “La Ilíada”, epopeya que retoma a dioses y creencias griegas para generar un escenario de sentimientos e impulsos, que realmente son el motor de su historia, que acercan más al hombre terrenal a situaciones que más allá de divertir/entretener le faciliten un vehículo de respuestas o de resoluciones.
Así es como sucede en “El Señor de los Anillos”; es decir, a partir de un contexto mágico se pueden transmitir consejos o planteamientos que sirvan ya no en la vida de sus personajes solamente, sino en la vida cotidiana de sus lectores. No decimos que la obra máxima de Tolkien sea la única en la historia, podemos mencionar a la poesía nórdica o germana, y a Victor Hugo o a Dostoyevski; sin embargo, podemos retomar la vida en la tierra media como un recurso más cercano a nuestra era por su fama catapultada en la pantalla grande.
Es entonces que, en esta narración extraordinaria donde la individualidad de sus personajes no es un punto central a comparación de su desarrollo, conflictos y soluciones, podemos deducir que las condiciones internas de sus sucesos pierden fuerza frente a la enseñanza que deja el ser testigo de ellas; el identificarse con un grupo de seres comunes (dentro de su propio universo) que toman todo su coraje y lidian con lo que se tiene. Algunos de estos tintes se pueden rescatar de entre las líneas de sus textos y son pensamientos tan profundos en torno a la vida, al aventurarnos, que deberíamos tomarles más en serio.
“Todo lo que podemos decidir es qué haremos con el tiempo que nos dieron”.
Gandalf
“Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos”.
Gandalf
“Sólo desesperan aquellos que ven el fin más allá de toda duda”.
Gandalf
“De nada vale especular lo que traerá el mañana”.
Gandalf
“No siempre es una desgracia pasar inadvertido”.
Merry
“Pase lo que pase, el valor de las grandes hazañas no merma nunca”.
Legolas
“El árbol crece mejor en la tierra de sus antepasados”.
Aragorn
“A mucha gente le gusta saber de antemano qué se va a servir en la mesa; pero los que han trabajado en la preparación del festín prefieren mantener el secreto; pues la sorpresa hace más sonoras las palabras de elogio”.
Gandalf
“El más poderoso de los hombres puede morir atravesado por una sola flecha”.
Pippin
“Un hombre sabio no se fía de un encuentro casual”.
Faramir
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Referencia:
LC Blog
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