Hace unos años la noticia conmocionó a los lectores: las letras se desvanecían del papel con tan sólo abrir el libro. Dos meses tenían los lectores para sumergirse en el misterio de las líneas antes de que se borrarán y el texto fuera tan sólo un recuerdo en su memoria sin referencia alguna en las páginas de un texto mágico. Eterna cadencia, la editorial argentina responsable del atraco a la razón de un público desconcertado, defendió su concepto literario con un solo argumento: “el libro no puede esperar”.
Con ideas de esa naturaleza, la editorial pretendió descartar una de las tantas excusas de quien adquiere un libro y no lo lee por “falta de tiempo”, expresión tan socorrida como la habitual “es que los libros son caros”. Esta última, situación propiciada, en parte, por los derechos de autor de los escritores sobre su obra literaria, teatral o periodística.
La legislación a propósito de los derechos de autor cambia de acuerdo con el país en cuestión. En el caso de México, el autor tiene dominio de su obra durante cien años. Países como Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Italia, Estados Unidos, entre otros, se rigen por los setenta años tal y como ocurre con España. Sin embargo, debe transcurrir un año después de su muerte para que, a partir del 1 de enero del año siguiente, la obra pase a formar parte del dominio público.
De esta manera, con la llegada de este 2017 la obra de algunos escritores está disponible para los lectores así que ya no hay evasiva que valga la pena. Conócelos.
“Yermah de El Dorado” de Frona Eunice Wait
Un texto de aventuras. En sus páginas la escritora narra las peripecias de Atlantis, un lugar que miles de años más tarde se convertiría en San Francisco. No obstante, después de un terremoto ocurrido en la ciudad de San Francisco en 1906, la autora cambió el nombre de Atlantis por Yermah.
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“La campana sumergida” de Gerhart Hauptmann
El éxito de un artista puede transformarse en acoso por parte del público, generando una situación agobiante. Así lo retrató el autor en esta novela, un texto en el que el protagonista huye del ámbito que lo asfixia sólo para darse cuenta que el anonimato no lo excluye del agobio. Hauptmann fue merecedor al Premio Nobel de Literatura en 1912.
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“La autobiografía de Alice B. Toklas” de Gertrude Stein
Considerada la creadora del término “generación perdida” Stein escribió esta novela biográfica acerca de quien fuera su compañera de vida. El libro le valió el reconocimiento de la crítica y el aplauso del público luego de haberla considerado una figura “oscura” al escribir.
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“La máquina del tiempo” de H.George Wells
Padre de la ciencia ficción junto a otros escritores, Wells se desentiende de las minuciosas descripciones y en esta novela ofrece al lector pinceladas de una máquina que puede transportarse a través de las dimensiones de espacio y tiempo. Ésta fue la primera novela de Wells (1895) y gracias a la mezcla de detalles políticos y sociales se convirtió de inmediato en un reconocimiento que lo llevó a ser comparado con el también escritor Julio Verne.
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“La historia del pequeño Babachi” de Helen Bannerman
En este libro, Bannerman cuenta la historia del pequeño niño negro Babachi o Babaji, quien se encuentra con cuatro tigres mientras caminaba por el campo y les ofrece su ropa nueva, sus zapatos y hasta el color de su piel para que no se lo comieran. Y sí, el plan le funcionó. Sin embargo, el libro le significó polémica por aludir a la raza negra en un cotexto en el que la división racial era una constante.
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“Historias orientales” de Otis Adelbert Kline
Kline se caracterizó por escribir ingeniosos textos sobre aventuras y viajes insólitos. “Historias orientales” no es la excepción. Publicado por primera vez en 1831, este título atrajo la atención de los lectores gracias a su comicidad y el detalle de situaciones bélicas entre sus protagonistas.
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“Chicos y muñecas” de Damon Runyon
Periodista y escritor estadounidense, Runyon dedicó gran parte de su vida al mundo teatral, ámbito que le retribuyó con distintas adaptaciones al circuito de Broadway. Generalmente, sus historias son referidas con el adjetivo “runyonesque”, un término empleado para describir los personajes, el humor y las escenas sociales salidas de un contexto social decadente. Elementos todos presentes en “Chicos y muñecas”, relato que fue llevado a la pantalla grande en 1955; Marlon Brando y Frank Sinatra actuaron en ella.
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“Retrato del artista adolescente” de James Joyce
Novela semiautobiográfica de James Joyce que fue publicada entre 1914 y 1915. La historia narra las aventuras del joven Stephen Dedalus, en referencia al mítico personaje Dédalo. Éste cuenta la historia de sí mismo contra la opresión de las estrictas reglas religiosas y sociales de una sociedad irlandesa durante la primera mitad del siglo XX.
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“La montaña mágica” de Thomas Mann
Célebre a nivel mundial, este texto aborda la estancia de Hans Castorp en un sanatorio de los Alpes suizos. Durante el desarrollo de los acontecimientos, el tiempo, la muerte, la estética y la política son temas que desfilan por el texto. El propio Thomas Mann la señaló como la “novela del tiempo” y un panorama de la sociedad degenerada que reinaba antes de la Primera Guerra Mundial.
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“Relatos de los extraño” (publicación)
Se trata de una revista estadounidense publicada por primera vez en 1923. Fue lanzada en Chicago y perteneció al grupo de publicaciones llamadas “revistas pulp”. Una serie de lanzamientos impresos en donde la ciencia ficción, la fantasía y el terror fueron los géneros literarios que imperaban. Edwin Baird fue el primer director de la revista, misma que salió a la luz hasta el 2012, fecha en la que fue vendida.
Cada una de estas publicaciones ahora está disponible para quien desee acercarse a ellas. Algunas marcaron a toda una generación, otras se encontraban sumergidas en las oscuras aguas del olvido. De cualquier forma, su calidad literaria las devolvió al mundo para el disfrute y aprendizaje de quien se acerque a ellas. No las pases por alto. Así como sucedió con el libro que se desvanecía mientras era leído, o la historia de los libros más tristes, estos textos tampoco son eternos y hoy es un buen día para revisitarlos. No dejes para mañana lo que puedes leer hoy.
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Fuente:
Estandarte
