Aristóteles establece que si en algo estamos de acuerdo, es en que todos queremos ser felices. Partiendo de este supuesto empiezan las diferentes preguntas sobre qué es y cómo se puede alcanzar la felicidad. Existen distintos tipos, diferentes intensidades y duraciones. A pesar de ser un término relativo, existen lugares que rompen con la individualidad y permiten, aunque sea por un segundo, producir este sentimiento.
A continuación presentamos 10 lugares para ser feliz:
Chiapas, Selva Lacandona
Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de formar parte de naturaleza salvaje para vivirla, sentirla, olerla, pero sobre todo entenderla. La selva lacandona permite sumergirte en sus entrañas para lograr percibir a la naturaleza como la fuente más importante de poder sobre la Tierra. La flora y fauna que allí se encuentran marcan una existencia desprovista de alienantes, guiadas por instinto y libertad.
Oaxaca, Chacahua
Entre mar, manglares y cocodrilos, este lugar incita a disfrutar de la naturaleza. Una playa virgen que regala un amanecer lleno de respuestas y por las noches ofrece aventuras. El sonido de los cocodrilos acompaña los misterios de un manglar que invita a nadar, ya que el agua, al contacto con el cuerpo, produce un fenómeno que aparenta destellos de luz. La cantidad de sorpresas y descubrimientos es infinita.
Quintana Roo, Tulum
Los mayas decían muchas cosas y sabían muchas más. El enorme conocimiento que tenían sobre el Universo continúa siendo un misterio, pero Tulum explica, muestra y descifra el porqué lo entendían tan bien. Una reserva natural donde las noches sólo se apoyan en las estrellas para iluminar y permite admirar el cielo desde una perspectiva milenaria. Sus playas paradisíacas fungen como yoga visual que se instala en la memoria para crear un recuerdo de armonía.
Quintana Roo, Holbox
El respeto se basa en un valor que merece un grado de admiración, y la isla de Holbox es digna de éste. Un espacio que incita bienestar, que no busca más que mostrar niveles máximos de paz por el simple hecho de pisar su playa. Un espacio de armonía que invita a probar la tranquilidad. Un Nirvana en Tierra que comprueba que el tiempo es relativo.
Michoacán, Oyamel
Un espacio que demuestra metamorfosis para alcanzar libertad. Un proceso nada fácil que las mariposas logran a través de la migración a Oyamel. Poder ser parte de este espectáculo confronta el estado pasivo y la zona de confort para producir un estado catártico a través del reflejo con la naturaleza. Los bosques que sirven de refugio y paisaje para armonizar una transición envuelven entre su fauna la sabiduría milenaria que transmite.
Coahuila, Cuatro Ciénegas
Considerado por la NASA como uno de los pocos ecosistemas que permite entender la evolución de la Tierra. Regala un paisaje digno de un planeta de millones de años. Nadar en sus pozas entre montañas es una oportunidad que pone en alto la existencia y reafirma el valor de la contemplación para lograr una comunión entre planeta, vida y humanidad.
San Luís Potosí, Xilitla
Un castillo entre cascadas y selva reinterpreta la arquitectura permitiendo vivir una experiencia surrealista. Los laberintos creados por Edwar James permiten complicar la existencia por un rato para darle sentido a las relaciones mentales de las que se es esclavo y amo. A partir de esta experimentación se liberan cierta cantidad de endorfinas que se relaciona directamente con el caos mental.
Nayarit, San Francisco
Un refugio para el alma que permite creer en utopías. Con habitantes de todo el mundo quienes demuestran que la vida en armonía, tolerancia y colectividad no son sólo paradigmas. El espíritu de comunidad, coloreado por un atardecer de playa y aderezado por cultura y ecología, permiten la liberación mental para provocar un estado de éxtasis.
Yucatán, Cuzamá
Los mayas decían que los cenotes eran entradas al inframundo el cual permitía estar en contacto con dioses y antepasados. El adentrarse en sus aguas y observar las cavernas conforma un rito ancestral digno de un encuentro con los dioses que provoca adrenalina aunada al encanto.
Chiapas, San Cristóbal de Las Casas
Entre montañas se encuentra un municipio y hogar de dos de los grupos indígenas descendientes de los mayas. Recorrer sus calles resulta enriquecedor ya que provee un estado de tranquilidad apoyado por casas rusticas y un aire limpio que se mezcla con el aroma a café.
En un mundo globalizado este tipo de experiencias demuestran que el hombre no es más que la nada. Aprender lecciones a través de la naturaleza permite estar en contacto con sentimientos reales que se generan desde el fondo para lograr un estado de conciencia total que permite liberar endorfinas a partir de las formas más puras y antiguas.