Cuando en 1997 todos los niños del mundo nos fascinábamos por la mera existencia de un chico tan similar a nosotros, pero con la increíble posibilidad de escapar a una tierra llena de criaturas fantásticas, aventuras sin igual y amigos realmente entrañables, nos dimos cuenta de lo importante que era creer en la magia. En que ésta siempre se encuentra detrás de todo mal momento y de cualquier alegría para ponernos a prueba, orillarnos a encontrar quiénes de verdad somos sin perder nunca la esperanza o seguridad de que hay algo de maravilloso en nuestro interior. Puede sonar un poco cursi –o demasiado si somos sinceros–; no obstante, ése quizá sea el rasgo más importante que a una generación completa nos ha dejado Harry Potter: la capacidad de soñar con un universo fuera de lo común y el empuje para transformar lo que nos rodea.
Con esta ilusión en mente, miles de soñadores imaginábamos cómo hubieran sido nuestros días de haber recibido una carta de la señorita McGonagall una buena tarde de verano. Ésa que suele especificar quién es Albus Dumbledore; así como la cantidad de capas, sombreros de pico, guantes y abrigos de invierno que se necesitan a lo largo del curso. Que aporta grandes títulos de la educación básica en magia y hechicería tales como “El libro estándar de los hechizos”, “Historia de la magia” y “Guía para principiantes en la transfiguración”. Ese papel que con emoción anuncia la alternativa de llevar al colegio un búho, un gato o un sapo como acompañante.
Lo que nunca nos imaginamos fue que entre toda esta información exaltante, habría cosas que se aprenderían sobre la marcha. Reglas o sugerencias de conducta dentro de la escuela resultantes de vivir a diario en Hogwarts. A continuación listamos algunos puntos de ese código, gracias a lo que hemos aprendido de Harry y sus amigos en el castillo más asombroso que pueda existir.
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1. No voy a picar Hufflepuffs con cucharas, ni voy a insistir en que sus colores de la casa indican que están “cubiertos en abejas”.
2. No importa lo bien que pueda hacer un falso acento australiano, no voy a imitar a Steve Irwin durante la clase de “Cuidado de criaturas mágicas”.
3. “He oído toda broma posible sobre el nombre de Oliver Wood” no es un desafío.
4. Colgar los carteles de Doug Henning en la oficina de Filch no es apropiado.
5. El calamar gigante no es una cita apropiada para Yule.
6. No voy a usar la pluma de Umbridge para escribir, “Te dije que era hardcore”.
7. Dejaré de referirme a la ducha como “dando a Myrtle Moaning un agasajo”.
8. No insistiré en que los elfos domésticos sirvan serpientes fritas a los Slytherins.
9. Si un compañero de clase se queda dormido, no aprovecharé ese hecho y dibujaré una marca oscura en su brazo.
10. Los elfos domésticos no son reemplazos aceptables para Bludgers.
11. Comenzar un grupo de apuestas sobre el destino de este año para el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras es insípido y malo, no un inteligente concepto de ganar dinero.
12. Seamus Finnegan no es “después de mí, Lucky Charms”.
13. No me referiré a los gemelos Weasley como “sujetales”.
14. No teñiré a todos los búhos.
15. No voy a afeitar a la señora Norris.
16. Tampoco me referiré a los gemelos Patil como “sujetales”.
17. No escribiré todos mis ensayos con tinta roja alegando que es sangre.
18. No preguntaré a Lupin si es su tiempo del mes.
19. No proporcionaré a Luna Lovegood transcripciones del Costa a la Costa AM.
20. No traeré una “Bola 8” a clase de Adivinación.
21. No se me permite decirle a los Hufflepuffs que no existe Papá Noel.
22. No puedo referirme a mí mismo como el Nuevo Señor Oscuro.
23. No se me permite robar la varita del profesor Flitwicks, sostenerla sobre mi cabeza y reír mientras intenta alcanzarla.
24. No se me permite tener un pitón reticulado, leopardo de las nieves, diablo tasmano o piraña.
25. No peso lo mismo que un pato.
26. Remus Lupin no requiere un collar de pulgas.
27. No me es permitido llevar vestiduras de muerte a la cena y gritar Vivo Lord Voldemort porque creo que es divertido.
28. No voy a besar a Trevor.
29. Dejaré de preguntar al maestro de Aritmancia cuál es la raíz cuadrada de -1.
30. Los Skiving Snackboxes no son un regalo adecuado para los primeros años.
31. Cualquier parecido entre los Dementors y Nazgul es una coincidencia.
32. No se me permite entrar furtivamente en las cámaras privadas del profesor Snapes para verlo cantar “I Will Survive” en el espejo.
33. No me burlaré de Dumbledore con movimientos exagerados de las extremidades.
34. No se me permite dibujar una cara sonriente en mi brazo y decirle a todos que es la nueva marca oscura.
35. Preguntando “¿Cómo mantienes a un Gryffindor en suspenso?” y caminar lejos es sólo gracioso la primera vez.
36. No me ofreceré a posar desnudo para Colin Creevey.
37. No insistiré en que los árboles del Bosque Prohibido sean esposas entitas.
38. Es una mala idea decirle al Profesor Snape que se toma todo demasiado en serio.
39. También es una mala idea decirle a la profesora McGonagall que se toma todo demasiado en serio.
40. No voy a ofrecerme para preparar “tandoori owl”.
41. Dejaré de preguntar cuándo aprenderemos a hacer “Poción de amor número nueve”.
42. No le pediré a Dumbledore que me muestre el puntiagudo truco del sombrero.
43. No le preguntaré a Ginny cómo estrangular correctamente un pollo.
44. Si Ginny Weasley quisiera pedir prestado mis libros de “Darkover”, ya lo habría dicho.
45. No sacaré una póliza de seguro de vida sobre Harry Potter.
46. No dibujaré un H en la frente de Percy Weasley.
47. Filch no tiene una hermana llamada Magenta.
48. Me abstendré de usar guantes de cuero negro en todo momento y decir “Hogwarts es madre, Hogwarts es padre”.
49. Black Phoenix Alchemy Lab no vende ingredientes de pociones, y no voy a revender sus productos como “Veela Feremonas”.
50. Hogwarts no tiene un consejo estudiantil. Incluso si lo tuviera, no usarían el sello rosado.
51. Richard Upton Pickman no pintó “La señora gorda”.
52. No me referiré a Umbridge como Reina de los Sapos, aunque ella realmente lo sea.
53. No voy a barrer la sala común de Gryffindor con el preciado Firebolt de Harry Potter.
54. El Calamar Gigante nunca ha aparecido en ninguna película hentai.
55. Es incorrecto referirse a Aragog como “Charlotte”.
56. El nombre del profesor Flitwick no es Yoda.
57. No me referiré al hipogrifo como “Horseybird”.
58. No voy a “pedir prestado” una insignia de prefectos para Peeves.
59. Yo no soy el Profesor de Defensa contra las Clases.
60. Tampoco soy el Profesor de Cuidado de las brujas.
61. No soy un profesor, en absoluto.
62. No intercambiaré la escoba de Draco con una de la despensa de la escoba de Filch.
63. Tampoco se me permite lanzar jamás un encanto de Invisibilidad.
64. Se acepta generalmente que los gatos y los dragones no pueden cruzarse y no intentar desmentir esta teoría, no importa lo malvado que sería el resultado.
65. No daré a ninguna chica la mitad de un conjunto de espejos bidireccionales como regalo de Navidad.
66. Especialmente si no le digo lo que es.
67. El coraje de Gryffindor no viene en botellas etiquetadas como whisky de fuego.
68. Cambiar la etiqueta no cambia nada.
69. No se me permite comer ranas de chocolate en la clase de Pociones.
70. Incluso si traje lo suficiente para todo el mundo.
71. Peeves no puede contrarrestar ninguna de las órdenes de mis profesores o prefectos.
72. No importa lo que el profesor Umbridge me diga, no estoy autorizado a formar bandas de prensa.
73. Química y Pociones no se mezclan.
74. Los crucifijos no alejan a Slytherins. Y no debería probarlo.
75. No se burle de la profesora Umbridge frente a la prensa.
76. No puedo hablar latín delante de los libros.
77. Yo no soy poseído por el fantasma de Lady MacBeth.
78. Tampoco lo está “La Señora Gorda”.
79. Si la insignia de la casa de alguien es verde y la mía es de color púrpura, significa que están en la Casa de Slytherin. No significa “El sombrero piensa que son más tontos que yo”.
80. El uso del encanto de Engorgio en ciertas partes de la anatomía humana no está permitido.
81. El profesor Snape no disfruta ser llamado “Snookums”.
82. Tampoco responde favorablemente a “Sev”, “Snapey-Poo” o “Debbie”.
83. Los de primer año no son alimento para Fluffy.
84. Hagrid no tiene relaciones con criaturas mágicas y debo dejar de insinuar que lo hace.
85. No estoy autorizado a vender imágenes incriminatorias de la facultad a los estudiantes.
86. Dar las mismas imágenes de forma gratuita también es mal visto.
87. Dumbledore no es Santa, no desea que me siente sobre sus rodillas y pida regalos, especialmente no en junio.
88. El estofado de Casa Elfo no está en el menú de Hogwarts, tampoco es Niffler Curry, así que debería dejar de preguntar.
89. Una varita es para la magia solamente; no es para hurgar narices, jugar al billar, o tamborilear en los escritorios, no importa lo aburrido que esté.
90. No es apropiado introducir botellas de muestra de Selsun Blue en el buzón personal del profesor Snape.
91. Dejaré de referirme a Hufflepuffs como “forrajes de cañón”.
92. No voy a imitar al chef sueco en la clase de Pociones.
93. No saludaré a la Profesora McGonagall con “¿Qué hay de nuevo, gatito?”
94. El nombre de mi director es Albus Dumbledore, no “Gandalf”.
95. Neville no es mi criado.
96. Cuando el prefecto de mi casa me da una directiva, no debo insistir en que “no necesitamos insignias apestosas”.
97. No se debe animar a los primeros años a hacer amistad con el sauce boxeador.
98. No voy a sobornar a la gorda con Dips.
99. Los fantasmas de la casa regularmente no dejan “slime”.
100. No usaré mis calcetines para hacer marionetas de mano de la mascota de los Slytherin.
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La extensión alcanzada por el fanmade ha sobrepasado incluso nuestras expectativas, resultando en críticas precisas o complementos divertidos de la historia; para muestra, puedes seguir leyendo las Razones por las que J.K. Rowling debe morir y Los 6 libros que inspiraron a J.K. Rowling a escribir Harry Potter.
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Fuente:
Kupika
