El libro insignia de George Orwell, ‘1984’, donde retrata la distopía de una sociedad totalitaria e intrusiva en todos los aspectos del ciudadano se ha convertido en bandera libertaria de los opositores al gobierno de Tailandia.
El pasado 21 de agosto, la cúpula militar tailandesa dio un golpe de estado y proclamó al general, Prayuth Chan-ocha como nuevo primer ministro. Bajo el régimen golpista, el gobierno ha tomado una serie de medidas en aras de disuadir a la oposición y a los manifestantes, como por ejemplo la instalación de la ley marcial y la prohibición de reuniones con más de 5 personas.
El libro de Orwell, inspirado por las conclusiones del autor al final de la Segunda Guerra Mundial, augura que la sociedad se transformará en un régimen totalitario caracterizado por la represión, vigilancia y manipulación de sus ciudadanos. La trascendencia de dicho libro ha llegado incluso al mundo del manga donde ya fue convertido a dicho formato.
Si bien el libro no ha sido vetado por las autoridades de Tailandia, es difícil encontrarlo en las librerías de Bangkok pues los vendedores afirman que podrían “tener problemas con la policía”.
Lo anterior se suma a diversos hechos relacionados con el libro pues en junio la policía vetó la proyección (inglés) de la película basada en la novela de Orwell en cines de Chiang Mai (ciudad más grande al norte de Tailandia). Asimismo diversos grupos reunidos para leer la novela de Orwell como forma de resistencia pacífica, han sido disueltos y sus integrantes arrestados. Incluso la aerolínea Philippine Airlines ha incluido entre sus recomendaciones de viaje a Tailandia no llevar ‘1984’ entre sus pertenencias para evitar ser confundido con un manifestante golpista.
Desde el golpe de estado, aquellos que se oponen al régimen militar han protestado de diversas maneras; mostrando el saludo de tres dedos que aparece en Los juegos del hambre, colocándose cinta adhesiva en la boca o entonando el himno nacional francés La Marsellesa. El gobierno ha respondido con arrestos injustificados a pesar de la denuncia de diversos grupos de protección a los derechos humanos.