“El amor verdadero, como cualquier otra droga fuerte y adictiva, es aburrido una vez que la historia del encuentro y el descubrimiento se cuenta. Los besos rápidamente se hacen duros y las caricias cansadas… excepto, claro, para aquellos quienes comparten los besos, quienes dan y toman las caricias mientras cada sonido y color del mundo parece profundizarse y brillar más fuerte alrededor de ellos. Como cualquier otra droga fuerte, el verdadero primer amor es sólo interesante para aquellos que se convierten sus prisioneros. Y, tan cierto como cualquier otra droga fuerte y adictiva, su primer amor verdadero es peligroso”
Stephen King
¿Qué de cierto hay en las palabras de King? Claro, el amor verdadero es una droga, pero ¿qué es eso? No es un hecho, es una idea que todos tenemos de que existe la posibilidad de que dos personas aprovechen el sentimiento a cada momento de estar juntos. Que vean brillar al mundo juntos sin detener el flujo del cariño durante años sin que se detenga. King quizá es honesto, pero al mismo tiempo engaña.
No es fatalista tener la idea de que el verdadero amor sólo existe en la literatura (o en conjunto con ella), sino que el mundo cada día nos causa más decepciones. Los escritores viven más allá de eso en un “quizá” permanente, para hacerlo tenemos que notarlo y conocerlo en sus obras. Dentro de las siguientes novelas podrían encontrarse las historias con amores puros y verdaderos que, aunque nos hagan pensar que es ridículo e imposible, regala un poco de esperanza a quienes los leen.
“La soledad de los números primos” (2008) – Paolo Giordano
Mattia y Alice protagonizan esta historia. Mattía es un niño superdotado con una hermana discapacitada que abandona un día en el parque. Alice tiene un accidente que la deja sin una pierna. La soledad que desarrollan durante su niñez a causa también de las presiones de sus padres, los irá acercando lentamente aunque tengan vidas distintas. Desarrollan una relación en la que se tienen el uno al otro y confían ciegamente entre ellos, y juntos viven la soledad que los aleja del mundo, aunque ellos mismos a veces tengan que mantenerse aparte.
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“Espartaco” (1951) – Howard Fast
Contando la historia de Espartaco, líder de la sublevación de los esclavos romanos, el autor integra una historia de amor junto a la de libertad. Cuando Espartaco aún es esclavo, su dueño le ofrece a Varinia para complacerlo sexualmente, pero en lugar de eso desarrollan una relación con un amor incondicional. Después de las batallas con los esclavistas Espartaco muere, pero Varinia sigue adelante y supera las adversidades siempre con su amado en mente y con un amor creciente por la vida, ya que gracias al guerrero ella pudo ser libre.
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“Seda” (1996) – Alessandro Baricco
Esta novela corta de Baricco no sólo cuenta una historia de amor pasional, sino que también resalta por su belleza sutil como obra individual. La historia habla sobre un mercader/contrabandista francés llamado Hervé Joncour en Francia del siglo XIX que viaja a Japón para comprar gusanos de seda. Durante su estadía desarrolla una obsesión por la concubina de un barón local. Su relación con ella, así como sus negocios en el país nipón se ven constantemente afectados por el creciente sentimiento antioccidental que creció en la nación después de la llegada de una invasión norteamericana. Pedro Díaz del Castillo dijo de la obra: “Sólo diré que el libro de Baricco no debe leerse sino contemplarse”.
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“La espuma de los días” (1947) – Boris Vian
En un mundo absolutamente maravilloso, absurdo, confuso y poético característico de la mente juguetona de Boris Vian, se desarrolla una de las más grandes historias de amor trágico de la historia de la fantasía. Colin desea enamorarse, conoce a Chloé y todo se desarrolla como en cuento de hadas. Ambos comparten una vida mágica, disfrutan su compañía y parece que nada malo pasará. Todo cambia cuando Chloé desarrolla un nenúfar en el pulmón, lo que podría causar su muerte. Colin no la deja sola y hace todo lo posible por salvarla, revelando que también los mundos fantásticos pueden tornarse muy oscuros.
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“La princesa prometida” (1973) – William Goldman
Esta novela de fantasía, aventura, cuentos de hadas, comedia, amor y romance –que además fue adaptada al cine– es considerada una obra que llega a lo más profundo del corazón. La historia sigue a Buttercup y a Westley, quienes se ven separados después de la aparente muerte del segundo. La mujer en su melancolía promete no enamorarse de nuevo, pero acepta casarse con un rico príncipe. Al descubrir que Westley no está muerto y que cruza una aventura para volver a ella, la historia da un giro que va desde lo mágico a lo trágico y de vuelta en una novela tan fantástica que quizá tenga más de una conclusión.
Sí, es ridículo creer en demasiadas historias de amor, pero –como diría Paul McCartney de las “silly love songs”: ¿qué tiene de malo? Puede que nos engañemos pero a la vez recordamos que quizá si es posible el amor verdadero y podríamos aprender algo de esas novelas. Stephen King menciona que los besos se hacen duros, pero no para quienes ven la luz todos los días, aquellos que saben apreciar y admirar lo que tienen cerca; esa persona que estará a pesar de las adversidades.
Es posible, sólo tenemos que esforzarnos y creer más.