¿Qué formas puede tomar el feminismo?
En la actualidad, existen diferentes versiones sobre el término que oficialmente se refiere a la búsqueda de la equidad de género mediante el abandono a la represión y la discriminación que las mujeres vivieron por siglos, en gran parte de las culturas de este planeta. Se ha intentado todo para que el mensaje pase hacia la sociedad y eventualmente, los pensamientos machistas desaparezcan, pero aún así existen millones de personas que consideran que este género es inferior al resto.
Existen muchas campañas para mostrar los daños del sexismo, los gobiernos cada vez prestan más atención (en algunas partes del mundo) e incluso las artes comunican que es necesario mirar los peligros a los que diariamente una mujer se enfrenta debido a mentalidades retrógradas.
Uno de los mejores ejemplos es toda la obra de la actriz y escritora, Tina Fey.
Tina es responsable del guión de la cinta “Mean Girls” donde utiliza estereotipos de adolescentes de preparatoria, para mostrar el efecto de una sociedad sexista enfocada a la imagen y a la falta de conocimiento. La película pasa como una comedia e incluso toma diferentes disfraces para atraer la atención de los hombres, pero en los diálogos y las acciones no sólo tienen tintes Shakespearianos, sino que también está escondida la filosofía de Simone de Beauvoir, madre del feminismo. Sirve como una lección inocente sobre unidad y reconocimiento de identidad.
Pero para comprender el feminismo no basta con mirar unas cuantas películas de ese tipo, es necesario acudir a la fuente de todo para saber precisamente qué significa la lucha y por qué aún parece frustrarte que muchos se rehúsen a aceptar que tanto hombres como mujeres deben tener los mismos derechos, obligaciones y un lugar digno en el mundo.
“El Segundo Sexo” (1949)
Considerado uno de los mejores trabajos de literatura feminista de la historia. La obra definitiva de Beauvoir hace un profundo análisis del papel de la mujer durante diferentes contextos y se dice que estableció por completo la idea de equidad de género como la conocemos. A manera de tesis, desarrolla un argumento que elimina cualquier concepción previa sobre la percepción de las mujeres en la sociedad y propone un avance no excluyente, sino apropiado para una armonía en comunidad.
“Memorias de una joven formal” (1959)
Primera parte de las memorias que escribió durante su vida. Simone acerca al lector de una manera personal y honesta a un periodo en el que abandonó la imagen que tenía de niña rica y educada, para encontrar su lugar en el mundo. Dentro de los textos suena como una joven inocente y habla sobre sus primeros esfuerzos para destacar como individuo. Invita al lector a hallar su verdadera identidad y encontrar lo maravilloso en la incertidumbre del futuro.
“La plenitud de la vida” (1960)
“La plenitud de la vida” es la continuación de sus memorias y habla de su periodo posterior a los 21 años, hasta los 37. En este libro, Beauvoir afirma que no busca crear lecciones de vida, sino narrar sus propias experiencias con libertad y con sus propias reservas. Habla sobre su relación con Sartre y narra a detalle la vida en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Hace que la búsqueda personal se intensifique y es imposible no identificarse con el dolor que narra sus relaciones y su falta de propósito en algunos puntos (que también exhiben ciertos tintes feministas).
“La fuerza de las cosas” (1963)
Tercera memoria de las cuatro que escribió y probablemente la más trágica. Este texto hace un autoanálisis posterior a los fundamentos del feminismo, además de poner en duda todo lo que la rodea y la vida que creó hasta el momento en el que lo escribió. Toma como punto de partida el año 1945, a sus 37 años y revela una madurez que oculta la joven anterior; exposición de la dualidad femenina que vivía dentro de ella.
“Los mandarines” (1954)
Su mejor novela. Un trabajo que en cierta forma resulta autobiográfico, sintetiza las ideas del existencialismo de Sartre y su propio feminismo, en una historia con múltiples romances y complicaciones eternas de lo que significa el amor. Situada en Francia posterior a la guerra, es un retrato de la época, de un cambio de ideología y de la insignificancia que siempre perseguirá a aquellos que no encuentren satisfacción en cualquier respuesta que arroje la vida.
“La mujer rota” (1968)
Otra obra revolucionaria. “La mujer rota” es el primer cuento que le da título al libro y al igual que “La edad de la discreción” y “Monólogo” pone como protagonista a una mujer en un viaje melodramático de análisis sobre su relación. Cada uno de los personajes se encuentra disminuida por su pareja y lo descubre de diferentes formas. Revela las consecuencias de décadas de represión y es una imagen clara de lo que significó ser mujer en el cambio de contexto cultural provocado por el feminismo.
“Las bellas imágenes” (1966)
“Las bellas imágenes” es otra obra cuya protagonista se ve inmersa en un contexto de cambio de ideología. La protagonista es esposa, madre, rica, incluso tiene un amante, pero necesita un elemento más en su vida. Llena de preguntas existenciales, que incluso revela las preocupaciones de Beauvoir sobre la mala interpretación femenida de sus obras. La pieza, resulta tan compleja como la autora y hace que la audiencia se pregunte: ¿De verdad vale la pena pelear tanto?
Las obras de Beauvoir son esenciales para cualquier feminista. Su trabajo sintetiza la duda, la lucha y el deseo de tener una identidad clara, pero no lo mira como una debilidad, sino como una fortaleza y establece que lo mismo existe en el sexo opuesto. La mujer no tenía contradicciones, sino reafirmaciones que le hacían mirar de manera más clara su futuro y el lugar que debía ocupar, así lo tuviera permitido por alguien más o no. Esa es la mejor lección y una que no debemos olvidar; es la forma más óptima de la pelea por equidad.