Madre abre las piernas. Eso, la madre
es un animal inepto que come para afuera.
Quiso parirme. Abre las piernas
desde su inconsciente sentido de la postura.
Uno quiere volver a entrar, aferrarse.
No sabías, madre, que parirme no es amarme.
Me has hecho un error brutal en la carne, en el sexo;
un partir desde tu adentro y yo lloraba sin pausa
como sabiendo el cese de la lluvia.
entonces era tarde y afuera nada
entonces era tarde y afuera la nada
Madre, fue una tragedia inmensa
darme a luz para nunca y mal
me desdoblo ante la vida y la primera luz
recrea la miseria:
el mundo está ahuecado. Madre,
el mundo está ahuecado y te pedí mil nanas
para saciar la herida de haber nacido infausto.
Hay la vida detrás del pecho
y ya irrigaba perlas y ríos por todo el cuerpo.
Caigo en otras manos.
¿Por qué la boca siempre abierta?
no, no es una boca, las bocas no lloran. decir boca es nombrar la herida,
y mamá tiene un par.
Del libro Los días de Babel (Stillness & Blood Press, 2015)
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La poesía corporal es la expresión que cede las palabras al cuerpo, así como estas 23 definiciones, así como el trance traumático que delinea los pliegues, el horizonte de la figura.
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La fotografía que acompaña al texto pertenece a Elena Helfecht.