No siempre lo que deseamos se cumple, sobre todo cuando se trata de amor:
Un día rogué a mi Dios que no me permitiera enamorarme de ti… pero no me escuchó, has de saber que, en ocasiones, Él y yo tenemos diferencias, rara vez me da lo que pido cuando lo pido, pero siempre termina dándome lo que necesito. Contigo no fue la excepción: ignoró mi plegaria y, aunque estuve molesta por un tiempo, al paso de tus miradas y al ritmo de tu sonrisa, mi enojo se convirtió en gratitud.
Así fue como, en un mar de emociones, decidimos dejar las dudas, tomar nuestras manos y caminar sin mirar atrás para cumplir todos nuestros sueños juntos. Resolvimos ser sólo tú y yo, y proteger lo nuestro, a pesar de eso, las tormentas no se hicieron esperar. He de admitir que fuiste muy valiente y confieso que jamás antes había defendido algo con tanta fuerza y esmero.
Tal vez fue por eso que, pese a cualquier situación, siempre tuvimos plenilunios en los que podíamos tener momentos de sosiego para suspirar entre besos, reír a carcajadas, acariciarnos con ternura y recordar así que nos pertenecíamos uno al otro, los dos aprendimos a sanar con amor.
Han sido casi dos mil días de lecciones aprendidas que hoy desembocan en un amor fuerte y estable, reflejado en sueños cumplidos y nuevas metas por alcanzar. Y cuando tengo días difíciles, miro tus enormes y lindos ojos cafés, recuerdo todas las travesías que juntos hemos recorrido para llegar a lo que somos hoy y entonces pienso: “Gracias, Dios, por no escucharme aquel día, ese hombre es hoy mi mayor bendición, el amor de mi vida”.
**
Las reacciones que el amor nos produce se notan en nuestro cuerpo, por eso conoce los 7 motivos por los cuales estás loca o loco por esa persona y te provoca reacciones excitantes.
**
Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Chris & Ruth Photography.