Duermes, yo miro al cielo,
acaricio tus deseos, duermes,
miro el reloj, callas,
recorro en silencio tu cuerpo,
duermes, posas esta madrugada,
el destino me regala tus besos.
El viento recorre tu cuerpo
fuera el trolebús pasa,
el silencio de la noche en calma
las luces aguardan la Madero solitaria,
callada,
testigo de vernos amar
enmudecida clama
efímero espacio y tiempo
donde el universo
goza y nos pide un beso.
En este viaje de la vida
coincidimos un momento
para probar el sabor del deseo.
Aun sin ti… aunque te vayas
guardo el deleite del amante perfecto.
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¿Cuántas lágrimas te he llorado?
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Quédate con ella para que nunca te sientas vacío
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LAs fotografías que acompañan el texto pertenecen al artista Nino Veron