Amar demasiado a alguien nos puede doler mucho, pero muchas veces vale la pena:
Mitad de luz
Quiero mostrarte la mitad de mí, el lado bueno, el que te hará perder la cabeza, el que te hará reír con amor. Te mostraré el lado que jamás te dejará ir. Te voy a amar tanto que te va a doler. Me vas a amar tanto que no podré sufrir.
Quiero mostrarte mis amaneceres locos, llenos de cariños, hablaremos de todo menos de amor, porque no será necesario. Te convertiré en mi fiel amigo, no soltarás nunca mis manos. Me llenarás todos los vacíos con historias y nuevas palabras. Te vas a derretir en mi pecho, mientras respiras profundamente.
Seguiré tratando de olvidarte, pero será muy tarde, estarás clavado en mi mente, que será más fácil dejarme caer. Seguiré tratando de perder tu pista, pero siempre me encontraré una y otra vez en tus ojos.
Seremos montañas, seremos tormentas, verás lo que soy capaz de hacer por ti. Seremos lo que tú quieras que seamos, porque uno sin el otro será nada.
Extrañarás mis labios cada mañana, y cada noche moriré por llegar a tus brazos. Voy a derribar todos los muros de temor, como nadie te haré el amor.
En la oscuridad seremos la mitad de la luz, riendo a escondidas y hurtando nuestros coloridos pensamientos. Quiero mostrarte mi lado bueno, ese que nos hará cometer locuras y recorrer kilómetros para brillar juntos.
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El amor nos vuele locos, ansiosos, desesperados por seguir los pasos del otro, lo mismo sucede con los besos: “Del Big Bang de su ombligo nacen universos”.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Luciano Stofel.