¿Cuántos romances tengo que vivir para que llegue el verdadero amor?

¿Cuántos romances tengo que vivir para que llegue el verdadero amor?

¿Cuántos romances tengo que vivir para que llegue el verdadero amor?

¿A cuántas personas tenemos que conocer para conocer al amor de nuestra vida? ¿Cuántas veces tenemos que llorar hasta el cansancio porque alguien nos rompió el corazón? A lo largo de la vida tendremos muchos amores, y en el siguiente texto de Karla Corral podemos aprender que aunque no todos nos harán felices, valen la pena, pues sólo a través de ellos daremos con el verdadero amor.

AMORES DE MI VIDA

Cuando se habla de amores, las personas pueden romper en llanto, golpear la pared con coraje, sonreír al recordar o simplemente no tocar el tema porque aún duele demasiado.

 

Por lo que he leído en libros, lo que he visto en películas y lo que he vivido, me he dado cuenta de que en la vida tenemos un primer amor que nos enseña la sensación de mariposas en el estómago, el del primer beso, el que te sonroja con sólo mirarte. También tenemos un amor imposible, con el que aprendes a aceptar que en ocasiones querer mucho no es suficiente para estar juntos. Un amor verdadero, por el que sentiste lo más sincero en tu vida. Un amor pasajero, de esos que amas por un momento y después se marcha; y en el fondo sabías que eso pasaría. También el amor de nuestra vida, el que deseas con todas tus fuerzas que se quede a tu lado, que te acompañe al altar, que te lleve por el mundo de la mano, que se convierta en lo primero que ves al despertar y lo último antes de dormir, que te abrace cuando el tiempo se pone difícil, que te regale momentos de felicidad, al que le entregas todo, lo mejor y lo peor de ti, al que le regalas tu tiempo.

 

Amores por montón, amores buenos, amores malos; amores que sabes que al final de cuentas se convertirán en huellas, en recuerdos y en lecciones.

 

Pero ahora escribo con un nudo en la garganta, porque entre los tantos amores que tendré, esta vez me tocó perder al que consideraba el amor de mi vida. Haber hecho tantos planes es lo que me tiene así; perdí estabilidad, tengo que recalcular cómo será mi vida de ahora en adelante. En vez de tomar su mano, tendré que tomar un libro, algo que me distraiga. Pero cuando entre líneas aparezca la imagen de alguien amando, su rostro vendrá inevitablemente a mi cabeza.

 

Pero vaya, es normal. Cuando pierdes a alguien, lo extrañas, te duele. Incluso llega a doler tanto que se vuelve algo físico. Pero debo recordar que todo sana, todo pasa y después de un tiempo se convertirá en recuerdo.

 

En la vida hay un montón de lecciones, para eso están esos amores. Llegan a tu vida, te enseñan cosas maravillosas y otras no tanto, se marchan, sanas, conoces a alguien, te haces mejor persona. Y luego todo comienza de nuevo, es un ciclo, así es cuando se trata de amores.

 

Hasta que llega el bueno, el que te acepta como eres, el que perdona tus errores porque ha pasado por lo mismo, porque sabe que las oportunidades a veces son necesarias. Llega para luchar por ti, para luchar contigo, para quedarse en tu vida sin importar los tropiezos, para ser tu compañero en las buenas y en las malas.

 

Nos vamos a enamorar, nos van a romper el corazón y en ocasiones nosotros vamos a romper corazones, vamos a aprender a perdonar, daremos segundas oportunidades para arrepentirnos cuando nos fallen; pero al final vamos a aprender a amar, sin condiciones.

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Escribir y leer poesía es una forma de sanar el alma. Si quieres leer más poemas de amor y desamor, te invitamos a que conozcas a los autores de los poemas para los que se resisten a superar las decepciones y los poemas para los que no quieren olvidar.

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