Decir adiós también duele, aunque haya motivos para hacerlo.
¿Quién dijo que las despedidas son fáciles?
No sólo se le dice adiós a una persona, también a quien tú fuiste con ella. Hay que dejar de lado las esperanzas, las intenciones, la terca idea de aguantar y luchar hasta el final por aquello que nos enseñaron que vale la pena luchar, eso que llaman amor. Pero, ¿realmente esto es amor o es algo que quiero que sea amor?
El amor no abandona, el amor no es distante, frío, seco y sin emociones. El amor no son excusas: la distancia, la falta de tiempo, el estoy cansado, tengo otras cosas en la mente, quiero estar solo. Sí, pero no.
Abrázate, me dijeron. Abrázate, pregúntate si eres feliz, y si es así, inténtalo.
Ya me abracé, ya me cuestioné, no soy feliz, no me siento segura de intentarlo. Así de sincera soy conmigo, y sí, no voy a engañarme, una parte de mí quisiera seguir, darlo todo, esforzarse hasta que no quede una gota de energía, superar cualquier vicisitud… pero no, no estoy para esto, no en estas condiciones, esto es más azaroso que una ruleta y no estoy dispuesta a apostarlo todo por un resultado incierto, por un final diseminado.
Me voy porque me quiero, porque desde hace semanas ya no era feliz, porque sentí que ya no era mi sitio y que era tiempo de emprender vuelo.
Me voy porque merezco ser amada, ser priorizada, porque merezco más que un “el tiempo lo dirá todo”, “no te aseguro nada”. “te puedo decir que estaré más cerca, que será diferente, pero sería mentirte”.
¿Por qué conformarme con quizás y tal vez? Ya he tenido de esos antes, no funcionan, así de simple.
Me voy porque prefiero estar sola a estar con alguien que no sabe lo que quiere.
Me voy porque su decir y su actuar carecen de coherencia.
Me voy porque sé que me aguarda algo mejor, y no me refiero a una pareja, no espero que llegue alguien, no es mi meta; me refiero a la vida.
Me voy porque ya era tiempo, porque debía aplicar lo aprendido.
Me voy porque me quiero, porque no voy a quedarme desnuda a la intemperie, porque debo cuidarme, porque no quiero caer a un abismo sin usar paracaídas, porque ya va siendo tiempo de empezar a amarme.
Y si, sé que va a doler, no sé en qué medida ni cuándo dejará de hacerlo, pero sé que puedo. Me permitiré llorar cuando sea necesario, buscaré ayuda si la requiero, diré lo que tenga que decir, veré lo que tenga que ver, escucharé lo que tenga que escuchar, haré lo que tenga que hacer para sanar, aprender y ser más fuerte.
No fue fácil pero la decisión ya está tomada, hice lo que creí mejor, pensando en mí, sólo en mí.
**
Cuando nos rompen el corazón sentimos un muro derrumbárse sobre nosotros; ya nada queda, ya nada puede volver a ser lo de antes… pero es posible superarlo, y los siguientespoemas que demuestran que después del desamor sólo somos voluntad te harán sentir mejor.