En la trilogía de vampiros que Guillermo del Toro escribió, el Occido Lumen es un libro que data de 1667, el cual contiene la información necesaria para salvar a la humanidad de las tinieblas. Tras ser subastado, finalmente es vendido en 32 millones de dólares, superando al Codex Leicester de Leonardo da Vinci que Bill Gates compró en 1994 por 30.8 millones de dólares.
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El primer título nunca existió, mientras que el segundo realmente existe y Bill Gates sí gastó tanto dinero por obtener una obra escrita por el mismo Da Vinci que contiene información acerca del por qué hay fósiles en las montañas y estudios sobre el agua y las olas. El millonario y filántropo tiene el texto en exhibición y circulación para que todos tengan oportunidad de conocer el trabajo de uno de los más grandes genios de la historia. Gates es un coleccionista de libros y, aunque puede costear los más caros del mundo, otros vivimos atrapados en esa espiral de compra compulsiva que algunos llaman “Bibliomanía”.
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Seguramente al leer esto recuerdas esa pila de títulos que tienes en tu casa y que “pronto vas a leer”; no te preocupes, muchos tenemos una similar que se hace cada vez más grande. Entrar a una librería y salir con las manos vacías es casi un delito para unos y, aunque empezaron con tres obras que leían al mismo tiempo, no saben en qué momento compraron tantos libros que ahora la pila es un monstruo sin forma que refleja varias cosas: el amor a la lectura, la tenacidad por seguir comprando y la incapacidad de leer tanto como quisiéramos. Incluso existe una palabra en japonés para esa práctica: “tsundoku” que significa comprar libros para después no leerlos. No eres tú, es algo que sucede en todo el mundo.
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Según Lorraine Berry de The Guardian, durante el siglo XIX fue cuando los verdaderos coleccionistas de libros vivieron. Tal vez gastes dinero y tiempo en tu librería favorita o en una de viejo, buscando un tomo específico, incluso puede que tu carrito en Amazon tenga más de 30 títulos; pero en esa época, los más ricos tenían una verdadera adicción. Thomas Frognall Dibdin escribió el libro “Bibliomania, or Book Madness: A Bibliographical Romance”, parte sátira y parte estudio histórico y social de aquellos que sentían una obsesión por la literatura física.
Frognall describe cómo no se trataba solamente de acumular literatura; la gente en ese entonces buscaba primeras ediciones, manuscritos en distintas tintas, papeles largos y libros sin bordes, así como obras ilustradas. También habla de una “neurosis” colectiva entre los caballeros y dandies de Inglaterra que terminaban amistades, sentían celos y provocaban peleas por culpa de sus bibliotecas.
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Una de las causas por las que la bibliomanía comenzó fue el fin de la Revolución Francesa. Diversos nobles perdieron la cabeza en la guillotina y sus pertenencias fueron saqueadas. Gran parte de sus bibliotecas se esparcieron e Inglaterra aprovechó la oportunidad; según un profesor de la Universidad de Massachusetts Darmouth, en 1812 sucedió una subasta histórica que duró 42 días y en la cual participaron los más importantes caballeros ingleses, así como un representante de Napoleón. Entre los bienes que se subastaron había una gran cantidad de incunabula, o sea, libros previos al siglo XVI. Esos días mostraron la locura de los coleccionistas.
Entre los títulos subastados, se encontraba una edición de Bocaccio; vendida en 2 mil 600 libras, rompió el récord del libro más caro de la historia hasta ese momento, y que hoy se estima valdría cerca de 190 mil dólares.
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Los coleccionistas millonarios se convirtieron en leyendas, pero también en el blanco de varias personas que los acusaban de colonialismo cultural por resguardar en privado importantes libros de otros países que bien podrían estar en universidades que realmente los necesitaban.
Poco a poco la fiebre por los libros fue bajando de tono. Los coleccionistas se especializaron y elevaron el furor a una especie de ciencia con especialistas que dictaban las normas, eso reguló la búsqueda incesante de títulos y la mayoría de la gente coleccionaba obras comerciales, tal como sucede hoy.
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Así que no te preocupes, tu obsesión no es insana. Mientras puedas comer y leer, todo estará bien. Si necesitas recomendaciones para tu adicción, estos 72 libros pueden ayudarte, aunque si buscas algo más especializado, estos libros filosóficos son lo que necesitas.
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Fuente: The Guardian