Te compartimos un poema de Noelia Vasconez:
Aguardas al acecho.
Conseguir su mirada se convirtió en tu reto.
Analizas sus pasos.
Mientras ella se abre camino entre tus entrañas.
Camina sin ver. No sabe qué eres.
Describes su piel como el Edén de tus dedos.
No la tocas
porque ella se disuelve.
Entra a tus poros
y escarba en eso que no eres.
Sientes el letargo de su presencia.
La observas moviéndose bajo tu carne.
Con hilos y cuerdas teje tus músculos.
Estás consciente.
Eres inconsciente.
No eres lo que ella maneja.
En noches tibias
abandona temporalmente tus entrañas.
Se esconde en tu abrazo
y susurra que te ama.
Ella ama lo que cree que eres.
Se desnuda para ti.
Te enseña la danza de la luna
mientras los lunáticos
abandonan sus pieles y se unen al revuelo.
Ellos adoran lo que eres, con ella bajo tu piel.
Te condenas como rey.
Ella se resbala bajo tu carne como ceremonia.
Envuelve tus hilos entre sus dedos.
Y juntos se van a buscar
un nuevo cuerpo para habitar.
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Los cuerpos se vuelven uno solo cuando el amor los une, por eso los siguientes poemas para recorrer los caminos de la piel de un mujer se los puedes susurrar a tu pareja mientras están en la cama.