Te presentamos un poema de Alan Gesu:
1974
Mientras vas cayendo en el abismo
comienzas a sentirte pesada y nada te salva
tratando de desconectarte de todo
perdiendo el sonido del viento
diluyéndote, convirtiéndote en nada.
Quebrándote en mil pedazos
te van recogiendo pedazo por pedazo
intentando así, conocerte un poco mejor, cada parte de ti brilla
está llena de vida, pueden sentir en sus manos
la pureza de tu corazón, cómo late y los hace sentir como si
te estuvieran tocando tus labios gruesos y llenos de sabor.
Contando historias acerca de ti, de cómo no pertenecías a ningún lugar
no te mantenías estática, de todo aquel que te seguía no sentía miedo
porque los guiabas a través de sus momentos más oscuros, eras la luz que los hacía sentir
más completos.
El día no podía esconderse ante ti
lucías tan exageradamente hermosa, podía ver cómo las flores
absorbían tu olor, el cielo tan cambiante, esas pequeñas luces
que se iban y venían de repente.
Era 1974, cuando te vi pasar junto a mí y comencé a fantasear sobre lo que
es posible y lo que no, al cerrar mis ojos y abrir mi mente
la historia se escribió sola.
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Los versos nos acercan al lenguaje universal de los enamorados, por eso te dejamos con “Poemas de amor para refugiarme entre tus brazos” y así se los dediques a esa persona que no deja de hacer latir tu corazón muy fuerte.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Sonia Szóstak.