Hay sentimientos que sólo encuentran su lugar a través de las letras, continúa leyendo para que este poema ayude a darle voz a lo que hay en tu interior…
Estabas enamorado de mí, pero no me amabas.
En cambio yo te amé y siempre lo haré, por mucho que cambies o sea yo quien lo haga, siempre estás presente en mí, en mi vida.
Me costó mucho entender que no éramos el uno para el otro.
Aunque pensándolo un poco más creo que yo no soy para nadie.
¿Las personas estamos hechas para otros?
¿Cómo vamos a ser el uno para el otro si somos tan diferentes?, tú tan delicado y yo tan explosiva.
Tenemos ritmos diferentes, menos cuando se trataba de bailar; no volví a encontrar a tan buena pareja de baile como tú.
Jamás olvidaré mi última noche contigo, los dos acostados en esa cama blanca y dura, perdiendo la mirada en la habitación mientras escuchábamos a otros huéspedes bebiendo en la terraza mientras cantaban y la tenue luz del armario iluminaba nuestras caras ebrias y avergonzadas, con nuestros cuerpos apartados, evitando cualquier contacto, cualquier mirada.
Te recuerdo pequeño y frágil, pero siempre me sorprendió tu fortaleza, esa que me contagió de vida y de creatividad, a pesar de tus tristezas.
Esa noche no quise hablar, aunque tenía tanto por decir, por ejemplo: lo mucho que te quise, lo mucho que te extrañé, que el primer abrazo que te di al verte después de casi un año, fue para mí el renacer de la muerte en vida en la que me encontraba desde tu partida.
Y a pesar de lo que no fuimos y jamás seremos juntos, yo en mi individualidad fui cobarde, y ahora —un año después de nuestro último encuentro— te escribo esta carta que, como siempre, no dice nada.
Una pequeña carta a ti, al no amor de mi vida.
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El amor no es una lucha que se pelea contra otros, sino que es una afrenta en la que el enemigo somos nosotros mismos: miedos, inseguridades y prejuicios que rondan por nuestra cabeza; tal vez las letras te ayuden a librar la batalla, por esa razón te compartimos 4 poemas que te llevarán por las etapas del amor a través de la poesía.
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Las imágenes que ilustran el texto pertenecen a la artista Mikeila Borgia, para conocer más sobre su trabajo, da click aquí.