Cuando era niño, la puerta de mi cuarto siempre permanecía abierta. Así mis padres sentían que no estaban tan alejados de mí y yo tenía cierta seguridad de que el mundo continuaba fuera de las cuatro paredes de mi habitación. Un día, alguien se postró ante el umbral de mi habitación y no pude evitar extrañarme, mis padres nunca se paraban fuera del cuarto para observarme. Mi mirada intentó ajustarse a la oscuridad y ahí, en la única salida posible, había una especie de sombra —no material, no imaginaria— que me observaba. Alto, vestido a modos de hace décadas si no es que siglos y con un sombrero de copa, ese hombre me observaba sin moverse. Su mirada era negra e inexpresiva. Me escondí en el mayor refugio de un niño, las sábanas y cobijas, y no me atreví a salir ni a gritar. Tras lo que parecieron horas sin atreverme a ver fuera de mi manta de seguridad, me quedé dormido.
A la mañana siguiente no había rastro del hombre, pero al caer la noche, en cuanto la luz se alejó de mi hogar, el hombre se encontraba de nuevo ahí. Las noches pasaron y él siempre estuvo ahí, inspeccionando sin moverse, asustando sin decir nada; simplemente esperando. Finalmente, un día decidí cerrar la puerta antes de que la luz cayera por completo y no lo pude ver más. Han pasado años, pero mi puerta aún se mantiene cerrada por las noches en espera de que alguien la abra repentinamente.
Al ser niños, tenemos una imaginación que desborda por todos lados y nuestra mente crea cosas que pueden no existir, asustándonos a tal punto que los traumas continúan años después. Si a eso sumamos los siguientes libros que fueron escritos para niños, tal vez las consecuencias podrían ser irreversibles. Estas historias, algunas antiguas y sin corazón, son capaces de hacer que cualquier adulto también se esconda bajo las sábanas.
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“Struwwelpeter” (1845) – Heintich Hoffmann
Estos relatos que buscaban prevenir y educar a los niños acerca de los peligros de la vida, no tenían compasión con las mentes jóvenes. Entre dedos que sangraban sin parar, una niña que lloraba hasta perder sus ojos o un niño que al maltratar animales y gente recibe como castigo una castración; los cuentos podían asustar, pero las ilustraciones que los acompañaban seguramente dejaron traumada a más de una generación de niños alemanes.
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“Coraline” (2002) – Neil Gaiman
Tal vez ya viste la increíble adaptación creada en 2009, pero el libro de Gaiman es una de sus más espeluznantes obras. La historia de una niña que al mudarse a una nueva casa con unos padres que ella considera poco aptos para entender sus deseos adolescentes, encuentra una puerta que lleva a un universo paralelo en el que aparentemente todo es perfecto. El libro contiene una buena moraleja, sin embargo, no se acerca en nada a ser uno de esos hermosos libros infantiles que te hacen sonreír todo el tiempo, sino que la maestría literaria del autor te estremece hasta las últimas páginas.
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“Brave Mr. Buckingham” (1935) – Dorothy Kunhdardt
“Pat the Bunny” es un hermoso libro infantil que divierte a los niños más pequeños a través de texturas que se encuentran en el libro. El éxito internacional de ese libro eclipsó el trabajo de la escritora, quien también creó una perturbadora historia de horror. Un indio americano que en aparente felicidad se somete a torturas y mutilaciones que poco a poco lo van desmembrando hasta quedar solamente su cabeza. Entre las rimas oscuras y las ilustraciones perturbadoras, la historia termina por hacer que todos cuestionemos el final de ese cuento.
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“Scary Stories to Tell in the Dark” (1981) – Alvin Schwartz
Así como los niños alemanes del siglo XIX, los niños de los años 90 (del siglo XX) tuvieron su dosis de miedo y terror con la trilogía escrita por Alvin Schwartz. Llenos de violencia y folclor, los libros fueron considerados “los más difíciles de leer” en la última década del siglo pasado. Incluso se decía que debido a las perturbadoras y gráficas imágenes que acompañaban los libros, si se hiciera una película sobre ellos, sería clasificación C. Parece que eso se cumplirá de la mejor manera, pues Guillermo del Toro está en negociaciones para adaptar la serie a la pantalla grande. Una de las más famosas historias es la de un hombre que persigue a una chica en un automóvil, cuando finalmente la alcanza, él va armado, pero en lugar de dispararle a ella, atrapa a un asesino escondido en el asiento trasero del auto de la chica.
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Cuentos macabros para mentes infantiles, esperar que su vida no cambie después de leerlos es pedir poco, pero no hay que olvidar que incluso los cuentos de los hermanos Grimm que hoy son parte del catálogo de Disney, tuvieron horripilantes finales. Tal vez la forma de aconsejar a los niños sea asustarlos de las peores maneras.
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