7 cuentos de terror psicológico que desatarán tus más oscuras pesadillas

7 cuentos de terror psicológico que desatarán tus más oscuras pesadillas

7 cuentos de terror psicológico que desatarán tus más oscuras pesadillas

Entre los amantes de las obras de arte que desbordan los límites de las emociones, sin duda los que prefieren el terror tienen un amplio universo de posibilidades para explorar. Cuando se habla de terror psicológico, se hace referencia al subgénero nacido de la ficción de terror. Dicha vertiente nace de la necesidad de retratar el horror proveniente del interior de las personas. Según el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, fundador de la escuela de la psicología analítica (también conocida como psicología de los complejos o psicología profunda), existe en el inconsciente algo llamado “la sombra”, constituida por todo aquello que se encuentra fuera de la conciencia personal o colectiva. Esta “sombra” engloba todos los monstruos y fantasmas internos, ajenos al plano consciente de las personas. Dichas capacidades o miedos se encuentran de manera latente y esperan cualquier impulso para hacerse presentes.

El terror psicológico apela a este tipo de transformaciones de las personas o grupos. Los miedos colectivos o individuales que, en segundos, pueden transformar a los individuos en monstruos. A diferencia de lo que tradicionalmente se entiende como terror, el terror psicológico no apela a la violencia física. No se trata tanto de brutales asesinatos, hombres lobo o vampiros sangrientos; estos relatos se nutren de situaciones de paranoia o desconfianza precedidas por ambientes de aparente tranquilidad. La intención es afectar mentalmente al lector con miedos universales, con lo que se logra empatía con los personajes y, por lo tanto, miedo. Ya se ha hablado acerca de películas de terror psicológico, pero ahora le toca a la literatura: a continuación 7 relatos clásicos que todo amante del terror psicológico debería leer por lo menos una vez en su vida.

“El corazón delator” (Edgar Allan Poe, 1843)

Poe es considerado “el maestro del cuento de terror”. Sus relatos son un ejemplo perfecto de las distintas variantes del género. Esta historia se desarrolla alrededor de la creencia del mal de ojo. Un hombre es atormentado por la presencia de un extraño latir que procede de la habitación de su antiguo inquilino. “El corazón delator” es una excelente muestra de lo que se conoce como terror psicológico, pues nunca se aclara al lector si aquello que atormenta al protagonista es real o una creación de su propia locura.

“El horla” (Guy de Maupasant, 1982)

Posiblemente uno de los mejores relatos del siglo XIX. Cuenta, a manera de diario anónimo, la historia de un hombre que se ve atormentado por una criatura que lo acosa terriblemente. El protagonista deja registro de cómo va descubriendo lentamente la presencia del ser sobrenatural y la tensión incrementa a lo largo del texto mientras el protagonista se siente cada vez más encerrado.

“La patrona” (Roald Dahl, 1979)

El famoso autor del libro Charlie y la fábrica de chocolates cambia de género en esta ocasión para presentar un cuento psicológicamente siniestro. Un hombre viaja a un pueblo inglés por motivos de trabajo. Al llegar e instalarse en una posada que llama fuertemente su atención, se encuentra con que la dueña, una mujer en apariencia dulce, va sintiéndose extrañamente interesada por él. Los motivos de la mujer comienzan a quedar al descubierto mientras comparten el té.

“¿A dónde vas? ¿Dónde estuviste?” (Joyce Carol Oates, 1966)

La escritora norteamericana escribió el cuento inspirándose en un hecho real: los tres asesinatos cometidos por Charles Schmid en Tucson, Arizona. Una chica se queda sola en casa, pues sus padres se encuentran fuera. Dos hombres entran en su casa y la convencen para que salga a caminar con ellos; la trama macabra se va tejiendo a lo largo de un paseo cuyo final es completamente inesperado. Como dato curioso: el cuento tiene una dedicatoria a Bob Dylan, pues según se cuenta, la autora escribió el relato después de escuchar la canción “It’s All Over Now, Baby Blue”.

“El brujo postergado” (Infante Don Juan Manuel y adaptado por Borges, 1335)

Un cuento del siglo XIV del escritor medieval español Don Juan Manuel, famoso por la obra El Conde Lucanor. Es reeditado y reelaborado por el escritor argentino Jorge Luis Borges. El relato cuenta la historia de un hombre religioso que busca aprender las artes mágicas de la nigromancia, por lo cual viaja a Toledo en busca de las enseñanzas de Illan, experto en la materia. El viejo maestro lo acepta y pone a prueba la lealtad de su nuevo aprendiz. La obra se perfila como una suerte de “apólogo”, es decir, una obra de carácter moralizador y didáctico.

“La aventura del estudiante alemán” (Washington Irving, 1820)

El autor, famoso por su novela de terror Sleepy Hallow, escribió una serie de relatos de los que se destaca “La aventura del estudiante alemán”. Un cuento terriblemente psicológico, en el que un joven estudiante visita Francia en plena Revolución. Durante su viaje conoce a una mujer de la que termina perdidamente enamorado, pero dicho romance oculta un oscuro y siniestro secreto.

“La gallina degollada” (Horacio Quiroga, 1917)

Si bien el terror psicológico no ha sido demasiado explotado por autores latinoamericanos, este relato es una muestra inconfundible en el género. Un matrimonio procrea cuatro niños enfermos, presentados como faltantes de inteligencia o con retraso mental. Sus padres viven en un eterno conflicto acerca de las causas de dicha enfermedad, descuidan a sus hijos y los rechazan. La llegada de una quinta criatura, aparentemente sana y querida por los padres, crea un conflicto entre sus hermanos, que conduce hacia un final trágico. 

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Aunque el cine en ocasiones parece ganar la batalla en el oscuro terreno del terror, debemos aceptar que la literatura tiene esa ventaja de permitir a cada lector ponerle rostro a sus propios monstruos y demonios, con el único fin de que sus mentes terminen por convencerse de que el miedo no es una sensación que debe tomarse a la ligera.

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