Te caes de mis ramas y no pienso detenerte,
nuestra boca se vuelve la mitad en lugar de ser dos bocas.
En el aire quedan nuestras lenguas sin cuerpos,
y así no llegas aún al suelo.
Te miro por encima,
pero no me siento encima tuyo.
Miras mi sombra abajo
y le inventas mi cuerpo.
Vas cayendo al suelo
y me aplastas contigo.