Las relaciones no siempre son lo que esperamos, pero a veces vale la pena luchar por ciertos amores:
Desde que te conocí, supe que no sería sencillo estar contigo, y lo confirmé mientras me iba enamorando inesperadamente de ti. A pesar de saber que tendría que atravesar un desierto lleno de obstáculos y llorar un hondo río de dolor, ciegamente decidí quedarme a tu lado.
Por casi dos mil días, me enamoré y me desenamoré de ti. De hecho, quise irme creyendo que alguien más sería capaz de poner sonrisas donde tú sólo habías dejado tristeza y decepción. No fue así, nadie logró hacerme sonreír como lo hacías tú cuando las cosas entre nosotros estaban bien.
Por eso, decidí quedarme aun después de los conflictos, de las dudas y de tu indecisión, pues siempre hubo un “pero yo te amo” que detuvo mi partida. Elegí permanecer a tu lado y volver a escuchar esas excusas que endulzaban mi oído y mi corazón, mismas que con el tiempo de memoria me aprendí.
Estuve dispuesta a quedarme todas esas veces que preferiste soltar mi mano frente a los demás, y todos esos días en los que tu indiferencia hacia mí ardía; también estuve ahí, buscándote después de cada pelea y a pesar de que no era yo la responsable, incluso me quedé cuando sonreíste y hablaste con otras personas, pero no conmigo.
Fueron evidentes tus ganas de partir, pero por más que te lo pedí, jamás lo hiciste, nunca lo entendí… y, en vez de ser yo la que tomara la decisión de irse, también preferí quedarme. Por mucho tiempo estuve como ausente, me quedé vacía cuando decidí darte todo sin recibir nada y acabaste con mi fuerza cuando me dejaste luchar sola por lo nuestro.
Lloraba todos los días que nos veíamos y rogaba, ¡te rogaba!, para que volvieras a ser el hombre que sonreía al besarme, que suspiraba al verme y que quería pasar el resto de su vida conmigo. Pero no sucedió. Hoy, después de algún tiempo, sigues aquí, sigo aquí… decidimos quedarnos uno al lado del otro y aunque todavía no vuelves por completo, ya no me siento sola en esta lucha. Hoy vuelvo a sonreír, intentas conquistarme como al principio y te esfuerzas por hacerme sentir amada de nuevo.
Aunque creo que aquel amor bonito ya no volverá, yo sigo fiel a la idea de amarte y lograr un amor nuevo en el que consigamos conocer una nueva felicidad, vivir nuevas experiencias y alcanzar nuevos sueños juntos, como al principio, y ahora, lo anhelamos. Al final, valió la pena quedarme a tu lado a pesar de todo.
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Otra forma con la que puedes reeconectarte con tu pareja es a través de los relatos eróticos, como el que te compartimos: “Pezones rígidos, besos, mordidas, aruños, gemidos, es el caos que nos ahoga en este infinito placer”.
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Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Jessica Janae.