Apaga el celular.
Desconectémonos
del mundo virtual
por esta noche,
y concentrémonos
en este presente glorificante,
Concédame ser el amante
idílico y brillante,
déjate guiar por todos mis
sentidos, por ti son consentido,
que hoy podamos respirar,
de este aire corporal
que es donaire.
Apaga el celular,
y todo aquello que nos
perturbe debes alejarlo
de nuestro lecho.
Vivamos y celebremos
Placenteramente este presente,
Dejadme explorar y gozar
De cada milímetro de
Tu preciado cuerpo
Que provoca
Que se excite
Cada parte de mi ser.
Olvidémonos de los celulares
y compartámonos placer
bilateralmente,
donde apliquemos
en su totalidad la matemática:
sumar, restar, multiplicar y dividir,
sumar el deseo deleitoso,
restar ambas prendas,
multiplicar posiciones,
besos y caricias,
y dividir la felicidad
de la intimidad,
donde amanezcamos
con alegría y satisfecho.
Es un hecho que lo grato
comienza en ese lecho
y nuestros cuerpos
son los que deciden
si queremos ser felices.
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A los amantes los une el roce de pieles, pues “me hice un hogar en la estrechez de tu cadera”.