A continuación otro poema de la joven autora Margarita Liendo Osuna, quien desde su bastión de imágenes y metáforas se ha dado a la tarea de exorcizar sus obsesiones, plagadas de amor y desamor.
Ojos en el otro lado del cielo
a David
¿Para qué insistir?
Todo comienza por donde todo comienza.
El principio es un túnel sin final.
Los pocos momentos que tuvimos se evaporaron con tu ausencia
y desde que te fuiste tomé el camino de la soledad compartida.
No estoy sola, estoy en soledad.
Estado inerte y de silencios —aunque no siempre— en el que habito
ilumina nuestro camino de piedras
haz murmurar al río
congela esa llanura temblorosa
y date cuenta de que el tiempo pasó a tu lado
tomado de la mano como alguien que sólo sigue pasos ajenos.
Vientos de cambio se procuran en mi alcoba
presagio para ti un diluvio de lamentos, llamadas telefónicas
y cigarrillos que perecen lentamente
como si se les escapara su existencia
en un hilo de ceniza.
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Las imágenes que acompañan al texto pertenecen a Carissa Gallo.
Puedes apreciar más de su trabajo fotográfico aquí.
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Sea a través del tiempo, sea cual sea la razón, lo más importante siempre será encontrar el camino correcto que te lleve al destino que buscas.