El poema de Rodrigo Palau nos demuestra que la poesía no siempre funciona cuando se trata de amor:
No siempre se tiene lo que se desea,
eso me lo acabas enseñar tú,
sin decirme nada, alejándote,
tratándome como si fuera una bestia.
Estaré solo, cosa que no comprendo
he tratado de todas las maneras
pero no escuché,
no escuché que estaba dentro de una guerra ya perdida.
Yo lo único que pido es
que mates esta ilusión mía,
que no sirve para otra cosa
que para darme falsas perspectivas.
Sé que sales y te despejas de mí
(si es que estoy en tu mente)
anda, hazlo, no me importa,
pero deshazte de mí de una vez por todas.
A ti te digo, que cuando pelees con ella
no bajes los brazos, pero tampoco subas la guardia.
No trates de demostrar tu hombría,
que de nada sirve, mejor destrúyela con besos.
No te detengas en decirme que no soy nada en tu vida,
que no te provoco, que no causo la sensación como lo hace él.
Que tu miedo por ser mala sólo provoca ideas absurdas,
que este loco esté rondando por los pasillos de su casa en horas nocturnas
planeando cosas que no le van a funcionar.
Acabo de descubrir que la poesía
no funciona,
sólo sirve para lamentos,
tristezas que posiblemente sólo tenga yo.
Te vas
¿Volverás? No lo sé,
espero que sí
¿Estaré cuando regreses? No lo sé
espero que sí.
**
Es imposible adivinar lo que una mujer está sintiendo o pensando, pero si lo intentamos y conocemos los 35 grandes errores que comete un hombre en el sexo, tal vez así la podrías complacer mejor. Y ya si la quieres consentir, aquí te dejamos las 10 recetas para amar los chilaquiles sobre todas las cosas.
**
Las fotografías que acompañan al texto pertenecen a Lauren Withrow