Foto por: Francis Ruiz
Desperté alegre, alegre y sin repelente
igual a un cara de niño, ustedes los conocen
esos bichillos adorables que se cuelan en las sincronizadas
y te pican la lengua, que bailan y bailan junto a estas letras.
Caminé alegre, alegre y sin piedras
igual a un caballo sin espuelas, parecido más a un campo
que a una caverna.
Percibí atento, atento al circo infame de ternuras,
santa muerte y su ojo de payaso.
Por la noche cené pescado junto a las danzantes del espacio y poco antes de fulminar mi
realidad me susurraron:
Se es pez, pescado y pescador
que los astros ovalados
apuntan las frecuencias del espacio
que el espacio no se encanta
sin antes decantar las penas que arrastramos.